VIERNES SANTO
6sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado… 10Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. 11Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Romanos 6:5-11
Haciendo una pequeña cronología de la última semana de nuestro salvador Jesucristo, podemos decir que el día jueves se recuerda la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies. Al terminar la Última Cena, Jesús se fue a orar al huerto de los olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración llegaron a aprehenderlo.
Mientras que el día viernes se recuerda la pasión de Jesús: su prisión, los interrogatorios, la flagelación, la coronación de espinas y su muerte en la cruz.
Se considera este día el día central de nuestra fe, pues recordamos esta obra única al favor de la humanidad, el sacrificio sustitutorio, redentor, perdonador y la mayor muestra de amor de Dios para con nosotros, la humanidad, a través de la muerte de su Hijo Jesús, el justo por los injustos, aquel sin pecado muriendo por los pecadores.
No hay nada que podamos hacer para añadir algo de valor a la obra única e inigualable de Jesús en la cruz.
Y tal vez permíteme ser más preciso: No hay nada en el pasado, aún en el mismo momento de su sacrificio sustitutorio, que hayamos podido (como tampoco hay algo que ahora podamos) hacer para darle más valor a esta obra única y menciono esto, pues, muchos aun conociendo el Evangelio podemos estar cayendo en ciertas prácticas o tradiciones, ajenas a lo sucedido aquel viernes donde Jesús dio su vida a nuestro favor.
Muchas personas en el pasado, como aún hoy participan de procesiones, otros se niegan a comer carne, otros solo en esta Semana Santa buscan abstenerse de tomar bebidas alcohólicas o bailar, tradiciones y actos humanos ajenos, y que no pueden añadir ni hacer nada, por no decir que no están relacionados con lo que hizo Jesús, el hijo de Dios a nuestro favor.
Dios no manda en Su Palabra a que sigamos una imagen por las calles, no nos pide que para estas fechas nos abstengamos de comer algún alimento, o cosa similar, recuerda, Dios no quiere en tu vida una Semana Santa, Dios espera que vivamos vidas santas, o sea que cada día, todos los días busquemos agradarle, obedecerle. De nada sirve abstenerse de algo unos días (una semana) si el resto de los 365 días vives a tu manera o criterio, lejos de la Palabra de Dios y sus principios, nuestro llamado como cristianos, es a seguir las pisadas del Cristo resucitado cada día, y morir a nosotros cada día de nuestra existencia en esta tierra.
Dejemos de lado la tradición y busquemos vivir el evangelio. Dejemos que el sacrificio de Jesús a nuestro favor se haga evidente en cada área de nuestra vida, así como dice el texto bíblico de hoy, gracias a Su obra ya no servimos al pecado, pues nuestro viejo hombre (naturaleza pecaminosa que antes nos gobernaba) fue crucificada con Él en la cruz y gracias a esa obra de Jesús hemos sido justificados, perdonados de todos nuestros pecados, y ahora estamos vivos para Dios, a Él le pertenecemos. ¡Vivamos para Su gloria!
Alex Plasencia
Pastor Asistente