Siete características de una familia que no agrada a Dios
Leer: Génesis 30:1-24
Alguien dijo una vez: «Lo más cercano al cielo en esta tierra es la familia, pero lo más cercano al infierno en esta tierra es la familia». Depende de quién es el corazón del hogar. En la biblia encontramos la historia de muchas familias, algunas hicieron las cosas bien y otras mal; así que, a través de ellas podemos aprender principios espirituales. Hoy, a través de la familia de Jacob, veremos siete características de una familia que no agrada a Dios.
- UNA MALA ACTITUD: “Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.” (v.1)
Este versículo nos da a entender que había una tremenda rivalidad en la familia. Raquel debido a una situación particular, no poder concebir, abrazó sentimientos erróneos hacia su hermana Lea. ¡Cuánto daño pueden causar las malas actitudes que incluso destruyen hogares y familias! - UNA MALA COMUNICACIÓN: “Y Jacob se enojó contra Raquel, y dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?” (v.2)
Raquel era estéril, por lo que dice el capítulo 30:31,“y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril.” Entonces, su situación le había llenado de dolor el corazón. Entonces Raquel le pide hijos a Jacob con la amenaza de morir si esto no sucede. ¿Qué hizo Jacob? La acarició y entendió su dolor, ¡No!, todo lo contrario, agudizó el asunto con sus expresiones. Si usted tuviera que comerse sus palabras, ¿se alimentaría o moriría envenenado? Lo que Jacob hizo fue intentar apagar un incendio lanzando gasolina. ¡Qué falta de empatía ante el corazón de otros! - UNA MALA SOLUCIÓN: “3 Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; llégate a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella. 4 Así le dio a Bilha su sierva por mujer; y Jacob se llegó a ella. 5 Y concibió Bilha, y dio a luz un hijo a Jacob.6 Dijo entonces Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su nombre Dan.” (vv.3-6)
Los tres grandes patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob) tuvieron esposas con dificultades para concebir. Es interesante cómo reaccionó cada uno de ellos ante la situación difícil de su esposa. Abraham tuvo relaciones con la sierva de Sara para tener un hijo, algo que llevó la amargura y celos a su familia. Isaac, al contrario, oró a Dios por su esposa estéril. Dios contestó sus oraciones y Rebeca tuvo mellizos. Jacob siguió el ejemplo de su abuelo. También tuvo relaciones con las siervas de sus esposas, lo que provocó consecuencias tristes y amargas. A través de los siglos el ser humano ha intentado “ayudarle a Dios”, lo cual ha traído complicaciones en el futuro. En medio de todas nuestras situaciones Dios no ha dejado de ser Dios, y Él tiene el control. Sin duda Dios tenía un plan para Raquel, y lamentablemente Jacob tampoco la detuvo. Miremos la gracia del Señor: “Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos.” (v.22). - UNA MALA RELACIÓN: “7 Concibió otra vez Bilha la sierva de Raquel, y dio a luz un segundo hijo a Jacob. 8 Y dijo Raquel: Con luchas de Dios he contendido con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí.» (vv.7-8)
Raquel y Lea se involucraron en una competencia cruel: tener más hijos que la otra. Ambas le dieron a Jacob a sus siervas como concubinas. Jacob pudo haber sido sabio y no prestarse a aquello, aun cuando era una costumbre aprobada en ese tiempo. El hecho de que haya una costumbre socialmente aceptada no significa que sea sabia o correcta. Nos ahorraremos muchas situaciones engorrosas y conflictivas en familia, si consideramos las consecuencias de nuestras acciones y buscamos la voluntad de Dios. Que triste que aquellos a quienes deberíamos amar más son los que muchas veces más conflictos tenemos. La versión NTV traduce así el versículo 8: “Raquel le puso por nombre Neftalí, porque dijo: He luchado mucho con mi hermana, ¡y estoy ganando!” Debemos entender que los miembros de una familia no son rivales; sino, un equipo. - UN MAL EJEMPLO: “9 Viendo, pues, Lea, que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva, y la dio a Jacob por mujer. 10 Y Zilpa sierva de Lea dio a luz un hijo a Jacob. 11 Y dijo Lea: Vino la ventura; y llamó su nombre Gad. 12 Luego Zilpa la sierva de Lea dio a luz otro hijo a Jacob. 13 Y dijo Lea: Para dicha mía; porque las mujeres me dirán dichosa; y llamó su nombre Aser.” (vv.9-13)
Lamentablemente, los malos ejemplos son fáciles de imitar. Lea sigue el modelo de Raquel, su hermana. ¿Qué modelos estamos dejando a los que seguirán nuestras huellas? ¿Somos conscientes que nuestros hijos seguirán nuestras huellas? Padres, nuestros hijos escuchan lo que nosotros decimos, pero terminan haciendo lo que nos ven hacer. - UN MAL ACUERDO: “Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo. Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo. Cuando, pues, Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: Llégate a mí, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche.” (vv.14-16)
Jacob se convierte en el objeto de intercambio para los fines de estas mujeres. Lo mismo sucede hoy en día, cuando hacemos tratos que involucran a terceros de la misma familia. Ellas habían perdido todo sentido de valor y consideración que cambian a Jacob por una planta que tenía propiedades medicinales. Tan bajo uno puede caer que no se considera a los que deberíamos amar. Pero amados, nosotros no estamos lejos de ello, muchas de nuestras decisiones son igual. No valoramos a quienes Dios nos ha colocado a nuestro lado para proteger y amar. - UN MAL CONCEPTO DE DIOS: “17 Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob. 18 Y dijo Lea: Dios me ha dado mi recompensa, por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar. 19 Después concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob. 20 Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote; ahora morará conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón. 21 Después dio a luz una hija, y llamó su nombre Dina.” (vv.17-21)
Aun cuando la gracia de Dios está obrando podemos tener una perspectiva espiritual incorrecta. La gracia de Dios no se nos presenta como “libertad” para pecar; sino, para entender Su amor y volver hacia Él. Sin duda cuando no estamos en la voluntad de Dios nuestra cosmovisión en la vida es errada. Necesitamos estudiar constantemente la Palabra de Dios para que nuestra mente y corazón conozcan realmente al Señor.
Es muy difícil confiar en Dios cuando “parece” que nada sucede alrededor, pero es aún más difícil vivir con las consecuencias de tomar los asuntos en nuestras propias manos. Resiste la tentación de pensar que Dios se ha olvidado de ti y tu familia. Ten paciencia y valor para esperar que Dios actúe.
Sé que hay muchos modelos de familia, pero debemos recordar que Dios la creó; entonces, Dios tiene el manual para que toda familia pueda vivir en plenitud. No hay familia que no esté bajo la gracia y favor de Dios: “Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos.” (v.22)
Dios creó a la familia, pero no hay familia perfecta. Algunos se contentan con ser familia con fotos retocadas, y no buscan ser familia con vidas transformadas.
¡Estudia la Palabra! ¡Vive la Palabra! ¡Enseña la Palabra!
Daniel Alcántara
Pastor Titular