¿GUARDAS TU CORAZÓN?
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Pr. 4:23
Cuando las Escrituras se refiere a “corazón” no se refiere al órgano físico de nuestro cuerpo, es para hablar algo interno del alma. Es decir, el corazón es el eje de toda nuestra vida, el centro de nuestros pensamientos, sentimientos y actuar. Este proverbio destaca la importancia de proteger y cuidar nuestro corazón, entendido no solo como el órgano físico, sino como el centro de nuestras emociones, pensamientos y decisiones.
Del verso extraemos 03 principios:
Prioridad Máxima: «Sobre toda cosa guardada«
Esta parte sugiere que debemos dar la máxima atención y cuidado a nuestro corazón, incluso por encima de otras cosas en la vida. Al decir «sobre toda cosa«, se recalca que la protección del corazón debe ser la máxima prioridad en la vida de una persona. La expresión «toda cosa» abarca todos los aspectos de nuestra existencia: nuestras relaciones, pensamientos, emociones, decisiones y acciones. No se refiere solo a circunstancias específicas, sino a la totalidad de nuestras vidas. La idea de «guardada» implica un acto continuo de vigilancia y discernimiento. No se trata de una acción única, sino de un proceso constante.
Vigilancia Máxima: «Guarda tu corazón«
La palabra «guarda» implica protección, vigilancia y cuidado. Nos insta a ser conscientes de lo que permitimos entrar en nuestro corazón, ya sea en términos de pensamientos, emociones, o influencias externas. Guardar el corazón implica una selección cuidadosa de lo que dejamos entrar en nuestra vida emocional y mental, mantener una vida espiritual saludable y protegida contra influencias que puedan minar esa conexión. La instrucción de guardar el corazón coloca la responsabilidad directamente en el individuo. No solo depende de factores externos, sino que requiere una decisión personal y activa de ser conscientes y cuidadosos con lo que permitimos en nuestra vida interior.
Fuente Máxima: «Porque de él mana la vida«
Esta afirmación subraya la importancia del corazón como fuente de vida, en un sentido tanto físico como espiritual. Lo que permitimos en nuestro corazón puede afectar nuestra calidad de vida, nuestras decisiones y nuestras acciones. Cuidar el corazón implica mantener una salud emocional y mental sólida, lo que a su vez contribuye a una vida más plena y equilibrada.
Nuestros corazones necesitan de cuidado continuo para mantenerse saludable. En Proverbios 4:23 nos enseña a ser cuidadosos con lo que permitimos que influya en nuestro corazón, ya que esto afecta directamente nuestra vida en varios aspectos. Guardamos nuestro corazón estudiando la Palabra de Dios y manteniendo comunión con Él. Basándonos en la verdad de Dios y en una relación cercana con Él es cómo nuestro corazón permanece firme.
Avancemos con fe
Juan Carlos Chirinos
Pastor Asistente