EL HOMBRE DE DIOS 4
“Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos. Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es El Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.” (1 Timoteo 4:9-10)
Todos nosotros tenemos la oportunidad de ser un hombre o una mujer de Dios, siempre y cuando nuestro amor al Señor, a Su palabra, y el mundo necesitado no se estanquen; sino que, vayan en crecimiento, como es la voluntad del Señor.
Hasta ahora hemos visto ciertas características que hacen un hombre de Dios, como:
- Es un hombre que ha aprendido a huir de cosas materiales y necias.
- Es un hombre que ha aprendido a perseguir las cosas buenas.
- Es un hombre que ha aprendido a luchar en la vida.
- Es un hombre que ha aprendido a echar mano de la vida eterna.
- Es un hombre que enseña la palabra de Dios.
- Es un hombre que ha aprendido a reprender con la biblia.
- Es un hombre que está bien nutrido de la palabra de Dios.
- Es un hombre que evita las influencias profanas.
Ahora, añadiremos a esta ya conocida lista de características dos más:
- HA APRENDIDO A CONFIAR PLENAMENTE EN LA PALABRA DE DIOS.
Los tiempos han cambiado, menos la palabra de Dios. Se podía confiar en ella en el primer siglo de nuestra era como se puede confiar ahora en pleno siglo XXI. Por eso dice Pablo: “Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos.” (1 Timoteo 4:9). Y es que la seguridad no proviene de la reputación de algún hombre, sino del testimonio de Dios: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (Mateo 24:35).Todo puede cambiar en la vida, la tecnología avanza sin precedente alguno, pero la palabra de Dios es firme e inalterable, no se modifica con el tiempo.
El hombre de Dios, se preocupa en compartir el testimonio de Dios al mundo entero. Esto, lo hicieron los profetas, los apóstoles y nos ha reservado el privilegio de hacerlo también Su iglesia en este tiempo. Por esta razón muchos hombres de Dios sufrieron vergüenza, apedreamientos y cárceles,
como lo fueron: Esteban, Pablo y otros que supieron guardar y extender el testimonio de Dios.
2. ESTÁ COMPROMETIDO CON EL TRABAJO DE LA IGLESIA.
EL ministerio que se desarrolla es un trabajo en la tierra. Es un trabajo arduo y duro; difícil y complicado. Porque ha de ser realizado en un mundo controlado por Satanás y sus ángeles, emisarios de su maldad. Por eso el Señor Jesucristo dijo: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33). Sin embargo, todo esfuerzo que se haga en el Reino de Dios, tendrá su recompensa, como le aseguró el señor a Pedro: “Entonces Pedro dijo: He aquí nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te hemos seguido. Y él le dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho más en este tiempo y en el venidero la vida eterna.” (Lucas 18:28-30). El trabajo que hacemos en esta tierra, tiene recompensa para nosotros y para aquellos que reciban el testimonio de Dios; puesto que recibirán la vida eterna al cambiar su destino eterno.
También dijimos que era un trabajo nada fácil: “Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios,…” (1 Timoteo 4:10a). Muchas veces el dar
testimonio del amor y grandeza del Señor se complica al punto de agonizar en medio del cansancio, el agotamiento, muchas veces terminar el día totalmente
exhaustos y adoloridos.
Eso es y hace un hombre o una mujer de Dios. Bienvenido al servicio del Rey.
¡Con la expectativa de verte!

Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor
Amén. Que el señor nos ayude a confiar más en su palabra y a tener un mayor compromiso con la labor en la iglesia.