CONFIANDO EN DIOS PARA NO TEMER
“En el día que temo, Yo en Ti confío. En Dios alabaré Su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?”
Salmos 56:3-4
Existe una frase en que muchas personas exclaman con un grito valiente para lograr algo que desean conseguir: “¡Sin miedo!”. Esta expresión generalmente está ligada a algún intento en los deportes. Lo que tendríamos que preguntarnos es lo siguiente: ¿puede esta expresión lograr solucionar las adversidades en nuestra vida cristiana?
¿Es malo tener miedo?
En la vida, todos enfrentamos momentos de incertidumbre, dolor y miedo. Estos sentimientos pueden surgir de situaciones como la enfermedad, la pérdida de seres queridos, el estrés en el trabajo o las relaciones personales. David reconoce que en ocasiones podemos tener miedo; sin embargo, tenía su confianza puesta en Dios. Si permites que el miedo sea más fuerte que tu fe, te vas a sentir paralizado, limitado; en lugar de avanzar, sentirás que retrocedes. La Biblia no resta importancia a estos peligros; la Palabra de Dios es veraz en cuanto a la adversidad que todos enfrentamos.
¿Cómo podemos solucionar el temor?
David dice:
“En el día que temo, yo en ti confío.”
Salmos 56:3
“Confianza en Dios” significa creer en su poder, amor, misericordia y que Él tiene un plan para nuestras vidas. Tenemos que comprender que Dios usa la adversidad para fortalecer nuestra fe. Si ponemos nuestra fe en Dios, Él no tardará en quitar los obstáculos que impiden nuestro caminar con Él.
La “confianza en Dios” es importante porque nos da un sentido de paz en tiempos de conflicto. Cuando nos entregamos a su voluntad, podemos encontrar paz y consuelo en su cuidado amoroso.
La respuesta correcta a estas dificultades es “reconocer nuestros temores delante del Señor” y “confiar en que Él actuará para su gloria y para nuestro bien”.
“En Dios he confiado; no temeré; ¿qué puede hacerme el hombre?”
Salmos 56:11
Según el versículo anterior, debemos formularnos las siguientes preguntas:
¿Qué pueden hacernos unos simples mortales?
¿Cuánto daño puede hacernos la gente? Puede causarnos dolor, sufrimiento e incluso la muerte; pero nadie puede robarnos el alma.
¿Cuánto daño pueden hacerse las personas? Lo peor que pueden hacer es rechazar a Dios y perder la vida eterna.
Jesús dijo:
“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.”
Mateo 10:28
¡HERMANO!
¿Está su corazón sumido en la desesperanza? ¿Hay preguntas, pensamientos dolorosos o temores que inundan tu mente? ¿Existe una situación abrumadora que no puedes manejar?
Haz como hizo David y acércate a nuestro Padre Celestial para que te ayude en todas tus necesidades. Dios no te ha abandonado, ni nunca te abandonará (Deuteronomio 31:6-8). Confía en que Él te ayudará.
¡No temas! Levanta el escudo de la fe y hazle frente a los enemigos que se levantan en contra tuya.
Destruyendo barreras.

José Cabanillas
Pastor Asistente