2 CONSEJOS PARA CONSTRUIR RELACIONES SANAS
¿Quién alguna vez tuvo un conflicto con un amigo o un familiar? El ser iglesia, familia, amigos, está dentro de las relaciones interpersonales. Entonces, cuán necesario es saber cuidarlas. Lamentablemente, muchas amistades se han quebrado, familias se han roto debido a pecados e imprudencias que se han cometido. Por ello, hoy quisiera dar 2 consejos prácticos que me han ayudado:
1. Cuando estés enojado cuida tus emociones:
Una de las formas para destruir relaciones interpersonales es cuando el corazón toma el control de nuestras acciones.
1.1 La ira: “Refrena la ira, deja la furia; no te enojes, pues esto conduce al mal.” (Salmos 37:8 – NVI)
Precisamente la madurez implica saber cuidar mis emociones, y la inmadurez en ser manejado por las emociones. El enojo genera descontrol de nuestras palabras y actitudes, y muchas veces terminamos arrepentidos que lo que dijimos o hicimos. En el ardor del momento terminamos diciendo cosas que después nos arrepentimos.
En las relaciones interpersonales habrá momentos de conflicto, el punto es ¿cómo lidiamos con ello? Es interesante que la Palabra nos dice constantemente: “soportándoos unos a otros”, “perdonándoos unos a otros”, etc. Jamás una actitud con ira o una palabra con furia construirá una relación, todo lo contrario, destruye lo que tanto te costó construir.
1.2. El resentimiento: “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;” (Hebreos 12:15)
El versículo inicia con “Mirad bien”, es decir, algunos no se dan cuenta de lo nocivo que es guardar sentimientos contra alguna persona. Y cuando esto pasa hay consecuencias. La amargura genera resentimiento, y eso tiene que ver con asuntos del pasado pero que afectan el presente. Esto genera un triple problema: Primero, un problema personal: «os estorbe»; Segundo, un problema espiritual: «no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios»; Tercero, un problema social: «y por ella muchos sean contaminados».
2. Cuando estés con amigos cuida tu lengua:
Un mal peligroso dentro de las oficinas, hogares e iglesias, es tener flojo el perno que sostiene la lengua. La lengua, aunque es un miembro muy pequeño, puede incendiar a todo aquel que toca. Y cuidado, porque ese fuego viene avivado desde el mismo infierno: “5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! 6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.” (Santiago 3:5-6)
2.1 El Chisme: “El hombre perverso levanta contienda, Y el chismoso aparta a los mejores amigos.” (Proverbios 16:28)
¿Qué es un chisme? Es una noticia verdadera o falsa, o comentario con que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna. La palabra de Dios toma con seriedad este pecado que nosotros tomamos como inofensivo:
“Sin leña se apaga el fuego, Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.” (Proverbios 26:20)
“Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran hasta las entrañas.” (Proverbios 26:22)
“El que anda en chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda todo.” (Proverbios 11:13)
2.2. La Crítica: “No digan malas palabras, sino sólo palabras buenas que edifiquen la comunidad y traigan beneficios a quienes las escuchen.” (Efesios 4:29 – DHH)
A veces estamos en un lugar donde hay conversaciones que no son correctas. El error de Eva fue que sostuvo una larga conversación con quien no debía. Aprende a cortar de raíz conversaciones que no edifican. Quizás nosotros no generamos ciertas conversaciones, pero participamos de ellas.
Tener algo que decir de una persona no es malo, pero hay que decírselo para ayudarle en su caminar. La crítica constructiva siempre es a la persona presente y decir las cosas con amor y respeto.
En la vida cristiana no sólo hay que tener las creencias correctas, también hay que cuidar que nuestras relaciones interpersonales sean saludables y de bendición.
¡Estudia la Palabra! ¡Vive la Palabra! ¡Enseña la Palabra!

Daniel Alcántara
Pastor Titular