REFLEJANDO A CRISTO
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Mateo 5:16
Vivimos en un mundo que está en tinieblas. La maldad, la confusión y el pecado son evidentes en todas partes. Sin embargo, Jesús nos llama a ser la luz del mundo. No se trata solo de vivir correctamente, sino de reflejar activamente la luz de Cristo para que otros puedan verlo y glorificar a Dios.
- LA FUENTE DE NUESTRA LUZ
Es importante entender que la luz que debemos reflejar no es nuestra propia luz, sino la luz de Cristo. Jesús dijo en Juan 8:12: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.»
Esto significa que nuestra capacidad de alumbrar no proviene de nosotros mismos, sino de nuestra relación con Cristo. Cuanto más cerca estamos de Él, más reflejamos Su luz.
El mundo vive en oscuridad y se siente cómodo en ella. Pero nosotros debemos brillar con una vida diferente, reflejando el carácter de Cristo. - LA RESPONSABILIDAD DE ALUMBRAR
Jesús nos dice: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres.» Esto implica acción de nuestra parte. También nos dice que nuestra luz debe brillar “para que vean nuestras buenas obras.” Esto significa que nuestra fe debe ser visible a través de nuestras acciones.
Algunas maneras de reflejar la luz de Cristo:
– Actuar con integridad y honestidad en todo momento.
– Amar y servir a los demás con generosidad.
– Predicar el Evangelio con valentía.
– Perdonar y mostrar gracia como Cristo lo hizo. - EL PROPÓSITO DE NUESTRA LUZ
Jesús no dice que nuestra luz debe brillar para nuestra propia gloria, sino para que otros glorifiquen a Dios.
A veces, las personas pueden hacer buenas obras para buscar reconocimiento. Sin embargo, Jesús nos advierte en Mateo 6:1: «Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.»
Si hacemos buenas obras solo para recibir elogios, nuestra motivación es incorrecta.
Cuando vivimos una vida que refleja a Cristo, las personas a nuestro alrededor pueden ser impactadas.
Preguntas para reflexionar: ¿Estoy dejando que mi vida refleje la luz de Cristo en mi hogar, trabajo y comunidad? ¿Estoy viviendo de tal manera que otros deseen conocer a Cristo a través de mi testimonio?
Comprometámonos a ser luz en dondequiera que estemos. No escondamos nuestra fe, sino reflejemos a Cristo con nuestras palabras, actitudes y acciones.
¡Creciendo en la Palabra y viviendo juntos en santidad!

Luiggi Naveda
Pastor Asistente