LECCIONES DE LA PRIMERA NAVIDAD
Cuando llega la Navidad, ¿qué pasa por nuestra mente? El intercambio de regalos, dónde lo vamos a celebrar, la familia en casa, qué vamos a cenar, etc. Con sinceridad, ¿qué es lo primero que se le viene a la mente? Me temo que muy pocos su primer pensamiento sean: Jesús, mi Salvador, vino a este mundo despojándose de Su gloria. Aun cuando pensamos en la historia de la navidad, nos desviamos en los personajes y detalles, y a menudo nos perdemos las lecciones más grandes para nosotros.
Hoy veremos 3 lecciones de la primera navidad que no debemos pasar por alto:
- La primera Navidad se celebró en un ambiente humilde: “Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” (Lucas 2:1-7)
Aunque conocemos muchos detalles del nacimiento de Jesús, hemos perdido de vista la sencillez y humildad de la primera navidad. La historia de la navidad es hermosa en cada detalle, en cada capítulo, en cada personaje, pero el guion evidencia la hermosura de Su protagonista: Jesús. Hoy muchos están más preocupados por los detalles externos de la navidad, pero debemos recordar que el regalo más grande para la humanidad vino envuelto en pañales.
El rey de gloria no nació en un palacio; sino, en un pesebre. A pesar de lo que ilustran las tarjetas de Navidad, era un lugar oscuro y sucio. No era el lugar donde los judíos esperaban que naciera el Rey – Mesías; pensaban que nacería en un entorno digno de la realeza. Fue todo lo contrario.
No sé qué pueda faltar esta Navidad en tu mesa (un familiar, alimento, etc.), que falte todo menos Cristo. Que la celebración de Navidad no nos lleve a perder el enfoque que el Rey de gloria vino para hacer morada en nuestros corazones.
Reflexión 01: El mejor regalo en esta Navidad no se coloca debajo de un árbol, sino en el corazón; nuestro Señor Jesucristo.
- La primera Navidad evidencia tipos de buscadores: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. 3 Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. 4 Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5 Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: 6 Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará[a] a mi pueblo Israel. 7 Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; 8 y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.” (Mateo 2:1-8)
Primero, tenemos a Herodes. Ya sabemos la motivación en su búsqueda donde nacería el Cristo. Aunque mencionó que quería ir a adorarle, sabemos bien cuáles eran sus malvados planes. Su temor era que un nuevo Rey venía a este mundo. ¡Tuvo una falsa motivación para buscar a Jesús!
Considero que aún hay personas que tienen motivaciones equivocadas para esperar esta Navidad: la familia que viene de visita, la remuneración económica, los regalos que podemos recibir, qué puedo comprarme, etc. Entonces, la Navidad se convierte en una fiesta que gira alrededor de nosotros. Puedes convertir la Navidad en una fiesta de idolatría si Jesús no es el centro de ella. ¿De qué forma puedo celebrar mejor esta Navidad donde Jesucristo sea glorificado?
Segundo, tenemos a los magos. Eran los sabios de su tiempo, ya que conocían diversas ciencias. No se sabe cuántos fueron ni de dónde vinieron. La tradición dice que eran hombres de alta posición y venían de Partia (la región más poderosa después de Roma), cerca de la antigua Babilonia.
Los sabios viajaron miles de kilómetros para ver al rey de los judíos. Cuando finalmente lo encontraron, reaccionaron con alegría y adoración, y le dieron regalos. Cuán diferente a la forma en que a menudo reacciona la gente hoy en día. Esperamos que Dios venga a buscarnos, de explicaciones, demuestre quién es y nos dé regalos. Quienes son sabios todavía buscan y adoran a Jesús no por lo que pueden conseguir, sino por quien es él.
Los magos sabios fueron dirigidos por la estrella en su camino a adorar al Rey. Nosotros somos dirigidos por la Palabra para una correcta adoración al Señor. ¿A quién intentas agradar o glorificar en esta Navidad?
Me doy cuenta de que mucha gente usa la Navidad para celebrarse a sí misma: se compran cosas, regalos, ropa, viajan, etc. Pero olvida el verdadero sentido de la Navidad: adoración y gratitud al Señor.
Reflexión 02: La forma como celebras la Navidad realmente evidencia quién gobierna en tu corazón.
- La primera Navidad nos habla de una trascendencia eterna: “9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” (Juan 1:9-12)
Esta no es una celebración más en el calendario. No nos equivoquemos, no se trata de un simple “cumpleaños de Jesús”; sino, que la oscuridad de la humanidad fue disipada por la presencia del Salvador entre nosotros. Que gran noticia para todo aquel que reconoce a Jesús como Su Señor y Salvador, ser hechos hijos de Dios. ¡Qué privilegio!
Celebrar la Navidad sin la presencia de Cristo es celebrar una fiesta tan terrenal, sin trascendencia a la eternidad.
“Adviento es más que solo celebrar la Navidad. La palabra significa “venida”. Entonces, durante el Adviento, no solo recordamos que Jesús vino a la tierra como hombre; preparamos constantemente nuestro corazón para su segunda venida.” (Betsy Chids Howard)
Reflexión 03: Muchos cristianos compartirán su mesa en esta Navidad, pero todo pierde sentido si no compartimos el Evangelio de Jesucristo.
Amados, el mayor regalo de Navidad fue abierto de la peor manera hace dos mil años, en una cruz. No menosprecies a Jesucristo celebrándola de forma indigna. La verdadera Navidad consiste en compartir lo que el dinero no puede comprar: la salvación a través de la persona de Jesucristo.
La luz de la Navidad es Cristo. El regalo más hermoso de la Navidad es Cristo. El protagonista de la historia de la Navidad es Cristo. ¿Entonces? Que no falte Cristo en tu corazón, en tu hogar ni en tu celebración.
La primera descripción de Jesús es la de un bebé en un pesebre; es una hermosa escena de Navidad, pero esa no debe ser nuestra imagen permanente de él. Ese pequeño e indefenso bebé creció y llevó una vida perfecta, murió por nosotros, ascendió al cielo y regresará como Rey de reyes.
¡Estudiemos la Palabra! ¡Vivamos la Palabra! ¡Enseñemos la Palabra!
Daniel Alcántara
Pastor Titular