¿SERVICIO A MEDIAS?
“2 Les ruego a Evodia y a Síntique que se pongan de acuerdo, pues las dos son cristianas. 3 A ti, mi fiel compañero de trabajo, te pido que las ayudes. Ellas han luchado junto conmigo por anunciar la buena noticia, junto con Clemente y mis otros compañeros de trabajo. Los nombres de todos ellos ya están anotados en el libro de la vida eterna.”
Filipenses 4:2-3 – TLA
No hay duda que es hermoso servirle al Señor. Quienes lo hacemos a través de la diversidad de dones, talentos y habilidades, formamos parte del hermoso rompecabezas de Dios que es Su Iglesia. Creo que no hay problema en entender este punto, ya que muchas iglesias tienen un gran número de personas que sirven en algún ministerio y/o área de la iglesia. Pero, creo que la pregunta clave aquí sería, ¿con qué corazón estamos sirviendo?
Pablo le llamó la atención a los hermanos de la iglesia de Filipos porque no resolvían algunos problemas relacionales.
El pasaje de hoy nos enseña dos verdades: Primero, podemos ser muy útiles en las manos del Señor; Segundo, podemos tener corazones afectados mientras ejercemos el ministerio o el servicio al Señor. Veamos cómo se da esto en nuestras iglesias locales.
- Podemos ser útiles para el reino de los cielos: “(Evodia y Síntique) […] te pido que las ayudes. Ellas han luchado junto conmigo por anunciar la buena noticia,” (v.3a)
En medio de una sociedad que denigra a la mujer o que limita a las damas en el servicio al Señor, vemos que Pablo nombra a dos damas que batallaron junto a él en el ministerio: Evodia y Síntique. La versión Reina Valera, lo traduce así: “que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio”. Pablo usa un término militar, «combatir», y lo usa frecuentemente para mostrar todo lo que demanda servir al Señor en el ministerio. Usando ese verbo es que nombra a estas dos mujeres. Entendemos que no hay fundamento bíblico para que una mujer ejerza el pastorado, pero sí puede servir al Señor a través de la enseñanza bíblica, las misiones, consejería, etc. Dicho sea de paso, toda iglesia (sin excepción) que tiene a cargo una mujer como pastora, es una iglesia que no predica la sana doctrina. Sea quien sea, por más famosa que sea o por más “lindo” que predique.
Esto nos enseña que, en los planes de Dios, está usar a todos sus hijos para cumplir un rol en el cuerpo de Cristo y que glorifique Su Nombre. No nos limitemos a cantar el domingo y ser discipulados en una célula. Necesitamos ser un instrumento útil en las manos de nuestro Señor. ¡Servir al Señor es una bendición que no debemos desaprovechar! - Podemos servir al Señor con emociones afectadas y situaciones no resueltas: “Les ruego a Evodia y a Síntique que se pongan de acuerdo, pues las dos son cristianas.” (v.2).
Ambas damas fueron muy útiles para Pablo en el ministerio, por algo las nombra aquí; pero, tenían un asunto muy serio que no habían resuelto. La relación rota entre ellas no era asunto de poca importancia; no sabemos cuál era el asunto, lo cierto es que sus corazones no caminaban hacia la misma dirección, y así servían al Señor. ¿Qué nos enseña esto? Nosotros podemos estar sirviendo en uno o más ministerios, ser de “bendición” para otros, y al mismo tiempo tener asuntos no resueltos en el corazón, lo cual no permite que tengamos un corazón sano para Dios. ¡A Él nada le podemos ocultar! Cuando el corazón está lleno de resentimiento, aunque la mente esté llena de la Palabra, no podemos agradar al Señor.
Amados, Dios ama que sirvamos en unidad, amor e integridad. Su Palabra no nos “maquilla” para que aparentemos una vida espiritual; sino, nos transforma para tener vidas que sean de bendición para la iglesia local y nuestro entorno.
¡Cuidado! Un líder salvo, pero no sano, es tan peligroso como una persona que no ama a Dios. Cuidemos nuestras motivaciones antes de servir al Señor, de lo contrario, esas motivaciones nos terminarán descontrolando. No nos engañemos, el evangelio no infla la mente llenándonos de versículos bíblicos; sino, nos llena de Su presencia, y eso se traduce en una vida que camina en humildad, incluso para perdonar o pedir perdón, y servir al Señor con un corazón totalmente sano para la alabanza de Su gloria.
No siempre estaré de acuerdo con lo que otros piensan, pero siempre debo amar a mi prójimo, por encima de mis ideas, gustos o criterios.
¿Necesitas reconciliarte con alguien hoy? Si estás enfrentando un conflicto sin poder resolver, pide consejo y ayuda. No sabes la bendición que será para ti y para tu iglesia sanar heridas y acercar corazones.
¡Estudiemos la Palabra! ¡Vivamos la Palabra! ¡Enseñemos la Palabra!
Daniel Alcántara
Pastor Titular
Gracias a DIOS por el tema de hoy.