CELEBREMOS NUESTRA LIBERTAD
“y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.”
2 Corintios 3:17
Se dice que la libertad, es el don más preciado del ser humano. Así nos hizo Dios, con esa capacidad de tomar decisiones por cuenta propia. Lamentablemente, el hombre la perdió cuando decidió desobedecer a Dios, independizarse de él y marcar una distancia con Su Creador. Esta mala decisión de quien fuera cabeza de la raza humana, nos llevó a todos los seres humanos, a una marcada dependencia, a un tren de malas decisiones, de errores constantes, de pasiones desordenadas y la mayor parte de las veces a la tiranía de otros seres humanos.
Por otro lado, no hay un ser humano, tribu, pueblo o nación que no haya luchado por obtener su libertad. Los himnos de diversos países son el claro ejemplo de esta lucha por obtener tan preciada libertad. Y en cierto modo, la mayoría de países lo han logrado. Claro está, que es una libertad política. Lo que el hombre no ha podido lograr es, obtener su libertad espiritual. Esa libertad que te permite estar en paz con Dios, con la familia, con los hijos y con otros seres humanos. Porque esta clase de libertad, sólo se obtiene cuando radica dentro de cada persona, el Espíritu Santo. Como dice el texto: “y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” (2 Corintios 3:17). Esa es la seguridad, tener el Espíritu de Dios. Y el Espíritu de Dios o Espíritu Santo no vendrá a morar en el ser humano, a menos que no se cumpla con lo siguiente:
1. LA REGENERACIÓN. Llamado también nuevo nacimiento. Esta condición no se logra por mérito humano, herencia o sacrificio personal, sino por obra y gracia de Dios, a través de Su Santo Espíritu. Tal cual lo dijo Jesús a uno de los más encumbrados maestros de la ley de Su tiempo, Nicodemo: “el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” (Juan 3:3b). La regeneración te da la libertad del pecado, de la culpa y del infierno; permitiéndote ser libre de la condenación a la cual cada uno marcha inexorablemente, a menos que se interponga en nuestro camino el Señor Jesucristo y Su Santo Espíritu, dándonos la convicción de que es necesario la regeneración de cada persona, para que el Espíritu Santo haga Su morada en él.
2. LA CONFIANZA EN DIOS. Si la regeneración da la libertad para poder ponernos en contacto con Dios, ¿cuál es la puerta de entrada hacia ella? o ¿cómo podemos exponernos a Su alcance o influencia? La Palabra de Dios nos dice: “habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,” (Efesios 1:13). La libertad espiritual llega al hombre en primer lugar, cuando nos exponemos a la palabra de verdad o evangelio de nuestra salvación. En segundo lugar, cuando creemos en ese evangelio y le damos crédito a la buena noticia de Dios para nuestras vidas. Es entonces que se produce la regeneración y con ella la habitación del Espíritu de Dios en nuestros corazones, trayéndonos la libertad tan necesaria, para disfrutar de la paz interior.
Todos los que somos cristianos, sin lugar a dudas, disfrutaremos de nuestra entera libertad, al tener en nuestras vidas al bendito Espíritu Santo, quien nos guía a toda verdad. ¡Examínalo!
¡Con la expectativa de verte!
Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor