MI DIOS DE OPORTUNIDADES
11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.”
(Lucas 15:11-24)
Creo que si somos honestos, de una u otra forma esta historia nos representa a cada uno de nosotros. Este mes volví a leer esta porción de las Escrituras y mis lágrimas corrían por mis mejillas, recordando que Su misericordia se renueva cada mañana, y siempre nos alcanza. Literalmente podemos decir que “aún entre los cerdos o en el propio barro, Su gracia nos alcanza.”
¿Recordamos de dónde nos sacó el Señor? ¿De qué esclavitud de pecado nos libró? La mejor forma de recordar el favor de Dios es viviendo con gratitud, para Sus propósitos, santificando nuestras vidas a través de la obediencia a Su Palabra.
Quizás es el momento preciso para evaluar nuestras vidas y plantearnos un par de preguntas: Primero, ¿Hay algún pecado recurrente que practicamos en secreto? Segundo, ¿Deseamos ser libres en Cristo o seguir siendo esclavos del pecado? Considero que cada uno de nosotros tiene la respuesta.
A través de esta historia bíblica podemos ver lo siguiente:
- Las oportunidades que Dios nos da a diario para arrepentirnos y arreglar cuentas con Él. ¡Hoy puede ser ese día! Pero recuerda que los pecados que persisten de forma recurrente en tu vida, sin poder controlarlos, pertenecen a un área de tu vida en rebelión contra Cristo.
- Aún de lo inmundo, Él puede santificarnos a través del paso de arrepentimiento y viviendo con temor por agradar Su corazón. No hay hoyo tan profundo ni historia tan oscura donde la luz de Jesús no pueda llegar.
- Quizás alrededor haya voces de juicio y crítica, o quizás nuestra propia voz de vergüenza o miedo; pero es menester escuchar la voz de Su Santo Espíritu, llamándonos a dar los pasos correctos.
- Jamás el menú de nuestra elección será mayor que el banquete de Dios en la mesa. ¡Los planes de Dios siempre son mejores que los nuestros! No menospreciemos Su plan. “En busca de su libertad el ser humano ha encontrado su mayor esclavitud” (Miguel Núñez).
El plan de Dios está disponible para todo aquel que quiera seguir a Jesús, no siendo perfectos, pero sí peleando la buena batalla por ser santos. “Dios usa a los que se equivocan porque no hay otro tipo de persona que pueda usar.» (Charles Spurgeon)
No sé qué clase de pecado hayas cometido, tampoco sé cuál es tu historia; pero lo único que sé es que, siempre los capítulos escritos de la mano de Dios, son los que tienen líneas de perdón y restauración, y al mismo tiempo un final glorioso.
¡Basta ya de alimentarnos entre los cerdos (pecado), y empecemos a alimentarnos a diario del banquete de Dios (Su Palabra)!
Daniel Alcántara
Pastor Titular
Elegir diariamente el BANQUETE.