EL VERDADERO DESTINO
“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.»
(Eclesiastés 12:13)
Eclesiastés es parte de la literatura de sabiduría de la Biblia, donde encontramos 38 veces la palabra «hevel», que significa vanidad, vapor o humo, algo que rápidamente se esfuma. Esto nos da a entender que la vida es fugaz y al mismo tiempo un enigma. Por ello, necesitamos instrucciones para encontrar el significado y propósito de nuestra vida, lo cual podemos encontrar solo en Dios; de lo contrario, caminaremos en círculo sin propósito ni rumbo alguno.
Es triste ver en qué y cómo invertimos nuestros días, depositando nuestra esperanza y disfrute en cosas pasajeras como las riquezas, placeres, «status quo», fama, etc. ¡Nada de ello trasciende a la eternidad! Lo real es que todos enfrentaremos la muerte y allí será tarde para tomar decisiones que debimos tomarlas en vida. No hay duda que, una decisión en la tierra puede traer eco en el cielo. Para esto es menester recordar que Jesús es el camino, la verdad y la vida.
En Eclesiastés, por lo menos seis veces en sus monólogos, se nos habla acerca del regalo de Dios, el disfrutar de las cosas sencillas de la vida, como la familia o la amistad; y aprovechar de cada una de ellas, viviendo bajo los propósitos de Dios.
Este libro termina con una conclusión hermosa, donde se nos regalan dos principios que debemos considerarlos con seriedad:
- “Teme a Dios”:
Amados, la base para una vida con significado y propósito es el temor al Señor. Muchos hoy en día cantan alabanzas, asisten a una iglesia, tienen amigos cristianos, pero a la hora de las decisiones privadas o personales no muestran temor al Señor. Debemos recordar que “el principio de la sabiduría es el temor a Jehová” (Proverbios 1:7) Tener temor a Dios, implica amarle de forma reverente que no queremos ofender Su Santo Nombre. ¡Quien teme al Señor, estudia con amor Su Palabra!
2. “Guarda sus mandamientos”:
La Palabra de Dios es el bálsamo para nuestras heridas como manantial para nuestra sed interior. La Palabra es un GPS para nuestro diario caminar. No solo nos da la instrucción necesaria, sobre todo nos limpia y transforma de adentro hacia afuera. Es interesante que el verbo dice “guarda”; lo que implica considerar con sumo cuidado. ¡Quién guarda la Palabra realmente muestra temor al Señor!
Amado nunca lo olvide, el Evangelio es y siempre será una buena noticia, no solo un buen consejo. Como dice el pasaje, es “el todo del hombre”.
¡Estudia la Palabra! ¡Vive la Palabra! ¡Enseña la Palabra!
Daniel Alcántara
Pastor Titular