¿MIRANDO HACIA EL PASADO?
13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:13-14
Pablo nos recuerda que la vida cristiana es como una carrera, y que pongamos nuestra mirada en Jesús, pero nuestro mayor problema es que muchas veces no queremos mirar a Jesús, porque siguen mirando hacia atrás, algunos miran hacia atrás recordando los pecados, errores cometidos en el pasado, donde muchas veces no se han perdonado, o aún se siguen lamentándose por el pasado.
Para otros, mirar hacia atrás tiene que ver con amar, aún no dejar esa vida antes de Cristo, es volver a los hábitos y prácticas pasadas, tiene que ver con volver a practicar el pecado o a esa vida que daba rienda suelta a sus deseos y desenfrenos. Me apena decir, pero esto último es algo con que mucho se lucha, y pocos son los que salen victoriosos.
¿Quién corre mirando hacia atrás? ¡Nadie! Suena ilógico, y quien lo hace no solo corre el riesgo de caer, sino que, en cualquier momento, tarde o temprano caerá, tropezará, esa es la verdad, recuerda “los que miran hacia atrás, vuelven atrás” y si vamos a correr esta carrera cristiana, no podemos darnos esas licencias, esto es lo que nos dice Pablo.
Si tenemos que mirar hacia el pasado, es para darle gracias al Señor por habernos sacado de nuestra vana manera de vivir, es para recordar su gran misericordia y obra restauradora que ha hecho y está haciendo en nuestra vida, es para vivir en gratitud a Dios, por su gran amor y salvación. Cualquier otra razón de mirar hacia atrás, es lo que nos advierte este texto bíblico.
Alex Plasencia
Pastor Asistente
Muy hermoso
Nuestra misión en este mundo terrenal es servir a Dios nuestro Señor y Redentor que derramó su sangre bendita y sagrada por salvarnos del pecado y vencer a la muerte. Su sacrificio como Jesucristo no tiene comparación y su resurrección al tercer día de su muerte fue celebrado por los ejércitos de angeles en el cielo y por todos sus apóstoles que lo querían.