LA NAVIDAD ES UN MENSAJE DE COMPROMISO
“y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.” (Mateo 1:24)
Quizá pocos se den cuenta que el mensaje de navidad, es un mensaje que nos transmite la responsabilidad de mantener los compromisos asumidos, tanto de parte de Dios, como de sus hijos. La Navidad, no sólo es la ruidosa aglomeración de gente, no sólo es la fiesta de comprar regalos en los numerosos supermecados, o los escaparates llenos de estos, en tiendas y negocios de cualquier ciudad. La Navidad, es el cumplimiento del compromiso que asumió Dios de enviarnos un Salvador; y por ende que el hombre sepa también mantener su compromiso delante del Señor, como lo hizo José, el esposo de la virgen María, madre de nuestro Redentor.
1. EL COMPROMISO DE DIOS. De manera clara pero sencilla, Jehová Dios asumió un compromiso que Moisés se encargaría de transmitir al pueblo de Dios. Allí en libro de Deuteronomio 18:15, 18-19, dice: “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis…Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandere. Mas cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”
1.1 EL MESÍAS SERÍA SEMEJANTE A MOISÉS. El texto dice: “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios;” (Dt. 18:15b). De hecho el Mesías sería semejante a Moisés. ¿En qué sería semejante? En que fue librado de la muerte cuando aún era un bebé. Renunció a ser parte de una corte real terrenal. Él tuvo compasión de su pueblo. Y por sobre todo, habló cara a cara con Dios el Padre: “Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara.” (Dt. 34:10)
1.2 EL MESÍAS SERÍA DEL PUEBLO ISRAEL. “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos,” (Dt. 18:15a) El Mesías sería como Moisés. En primer lugar, sería alguien que saldría de en medio de su pueblo. Es decir, sería un israelita. En segundo lugar sería del pueblo: Humilde, sin pretensiones pueriles, ni ambiciones terrenales. Sus padres procedentes de una humilde comarca llamada Nazaret, empobrecida y con no más de 250 habitantes.
1.3 EL MESÍAS TENDRÍA LA AUTORIDAD DEL PADRE. “Mas cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.” (Dt. 18:15c) Israel, estaba obligado a escuchar al Mesías, porque él traería el mensaje de Dios para la vida de todo su pueblo. El no hacerlo traía juicio como lo afirma Lucas en (Hechos 3:23) “y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo.”
2. EL COMPROMISO DEL HOMBRE. No cabe la menor duda de que Dios es ejemplo y modelo al cumplir Su palabra. El problema somos los hombres que hemos inventado una serie de argucias para evadir nuestros compromisos. Pero no así hombres que han aprendido a tener un temor reverente a Dios como fue José el padre terrenal de Jesús.
2.1 EL COMPROMISO Y SUS COMPLICACIONES. En la vida del ser humano en cualquier momento se complican los compromisos debido a la debilidad de la carne y a las imperfecciones de las cuales estamos revestidos. Dice el texto sagrado: “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.” (Mt.1:18). El compromiso de estar ennoviados y llegar en un año al matrimonio, estaba en peligro. La virgen apareció embarazada y no precisamente de José. La reputación de ambos entró en serios cuestionamientos.
2.2 EL COMPROMISO Y LAS SOLUCIONES HUMANAS. José entró en un dilema, al punto que pensó romper el compromiso como lo dice el texto: “José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.” (Mt.1:19), José pensó en dejar a María, pero, bajo dos condiciones: Primero: no quería infamarla; es decir no quería desprestigiarla más de lo que ya estaba en ese momento. Y segundo: quiso dejarla secretamente. Pero como se puede romper un compromiso secretamente. Que piensa el uno del otro, que piensa la familia y qué pensaría el pueblo. No es fácil romper un compromiso en esas condiciones; sobre todo si José era justo.
2.3 EL COMPROMISO Y LA INTERVENCIÓN DE DIOS. Cuando un hombre o una mujer consideran a Dios en sus vidas; la intervención de Dios no se hace esperar. Dios aparece en la vida de José para: Primero quitarle los temores. El texto dice: “José hijo de David, no temas recibir a María tu mujer,” (Mt.1:20b). Los temores, han impedido muchas veces hacer la voluntad de Dios, otras veces han quitado el gozo de servirle, los temores terminan sacándote de los planes de Dios. Segundo, Dios aparece dándole a José una explicación: “José hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.” (Mt.1:20c). Que preciosa explicación: Ya en el (v.18) Dios dijo que había concebido del Espíritu Santo. Y ahora le dice en el (v.20) que es engendrado del Espíritu Santo. O sea que no hubo ni participación de María, ni tampoco de José; todo lo hizo el Espíritu Santo.
Qué duda cabe que, cuando una persona es justa (Mt.1:19), temerosa de Dios (Mt.1:20) y obediente (Mt. 1:24); Dios le guiará a cumplir sus compromisos a honrarlos en un mundo donde la palabra no tiene valor. Por eso que la Navidad contrae un mensaje de respeto, de consideración y de honrar todos y cada uno de nuestros compromisos asumidos, sobre todo aquellos asumidos con el Señor de la Navidad.
¡Con la expectativa de verte!
Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor