CONVERTIDO O ASIMILADO
Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.
Salmo 92:13
Esta imagen de ser «plantados» en la casa de Dios y florecer en Sus atrios es una metáfora poderosa que habla de la importancia de estar arraigados en la casa de Dios.
Ser «plantados» en la casa de Dios implica estar firmemente establecidos en Su presencia, nutriéndonos de Su Palabra y buscando continuamente Su voluntad en nuestras vidas. Como lo dice la NTV, somos “trasplantados” a la familia de Dios cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador y Señor. Esta decisión de entregar nuestra vida a Dios nos permite arraigarnos en Su presencia, nutrirnos de Su Palabra y crecer en nuestra relación con Él. Esta imagen de plantación sugiere estabilidad, crecimiento y fructificación en la vida del creyente que permanece cerca de Dios. (Juan 15:5)
Al ser trasplantados a la familia de Dios, nos convertimos por Su gracia en sus hijos y herederos de Su reino. Experimentamos una nueva identidad en Cristo y recibimos el don del Espíritu Santo que nos capacita para vivir una vida conforme a la voluntad de Dios.
Por otro lado, la idea de «florecerán» en los atrios de Dios indica que aquellos que están arraigados en Él experimentarán como efecto de estar “plantados en la casa Dios” un crecimiento espiritual y fructificación. Así como una planta florece y da fruto cuando recibe la luz y el agua necesaria, de la misma manera los creyentes que permanecen cerca de Dios y se alimentan de Su presencia darán fruto en sus vidas.
En una iglesia se reúnen tanto los convertidos como los asimilados. Los convertidos son aquellos que han tomado la decisión consciente de “plantarse” en la iglesia, comprometerse con el Señor y Su obra, servir con amor, desarrollar sus dones y talentos, y mostrar los frutos del Espíritu Santo en sus vidas. Por otro lado, un asimilado simplemente asiste a la iglesia los domingos como una práctica religiosa, sin buscar un compromiso genuino, sin amar a la iglesia y, por consiguiente, sin experimentar un verdadero crecimiento espiritual. Al no evidenciar un nuevo nacimiento, carece del deseo de buscar la presencia de Dios y desarrollar una relación íntima con Él, lo que impide su florecimiento espiritual y fructificación en la vida cristiana.
¿En cuál grupo has decidido estar? ¿Convertidos o asimilados?
La mejor decisión es estar “plantado en la casa de Dios” donde “florecerás” para gloria y alabanza de Dios.
Avancemos con fe

Juan Carlos Chirinos
Pastor Asistente