EL HOMBRE DE DIOS
“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.”
1 Timoteo 6:11
El hombre de Dios es un creyente que ha desarrollado una vida de fe, de confianza en el Señor. No necesariamente es aquel que ha ido a un seminario a prepararse para servir al Señor. Si no, todo aquel creyente maduro, dispuesto a obedecer al Señor y servirle en Su iglesia.
Para que un creyente llegue a tener ese status de hombre o mujer de Dios, tendrá que aprender a dejar algunas cosas y seguir otras de acuerdo y conforme la palabra de Dios lo va instruyendo. Tal es el caso de Timoteo, heredero de una fe que vino de dos generaciones anteriores; y por causa de su juventud tuvo que aprender de su mentor, el apóstol Pablo, ciertas recomendaciones que el texto considera.
1. APRENDER A HUIR. Un creyente que aspira servir al Señor, convencido por el Espíritu Santo, deberá de aprender a huir: “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas…” (1 Timoteo 6:11a), ¿De qué cosas se tendría que huir? El contexto (1 Timoteo 6: 3-10), nos enseña de que debemos huir de las falsas enseñanzas, de la negligencia en el estudio de la palabra, de las actitudes negativas y contenciosas y de la avaricia. Hay que aprender a huir de lo malo, de las cosas dañinas y tóxicas para la vida espiritual. Huir del pecado, etc. Tú tendrás que definir de qué cosas tienes que huir.
2. PERSEGUIR LAS COSAS BUENAS. Cada vez que Dios nos enseña a abandonar cosas que nos afectan en nuestra vida espiritual, muestra otras cosas mucho mejores: “…y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.” (1 Timoteo 6:11b). La palabra seguir en la (RV 1960), en el original, significa perseguir. Y conforme al texto, son seis cosas que entrañan virtudes que Dios anhela que practiquemos. La idea es que corramos tras estas virtudes, es decir, las persigamos.
3. LUCHAR EN LA VIDA. El texto dice: “Pelea la buena batalla de la fe,” La carrera cristiana no es nada fácil, es una carrera con obstáculos. Esto requiere de esfuerzo para poder continuar y no rendirse al primer obstáculo que sin duda ofrecerá resistencia. A estos obstáculos la biblia también lo llama enemigos, como lo es el Diablo, la carne y el mundo que corre en sentido contrario al caminar del creyente. Cuidado que habrá siempre personas que van a distraerte del camino de la vida. A ellas hay que evitarlas. Y luchar contra estilos de vida pecaminosos.
4. ECHAR MANO DE LA VIDA ETERNA. Pablo le está diciendo a Timoteo que no es necesario morir para recién disfrutar de la vida eterna. Si no, que ya la tiene en Cristo Jesús, pues estando muerto en sus delitos y pecados, igual que todos nosotros. Pero, gracias a Cristo que le dio vida a Timoteo como a nosotros, lo podemos disfrutar. Para eso tenemos que usar los recursos espirituales que el Señor nos ha dado para echar mano de la vida eterna. Uno de ellos es la Palabra de Dios; otra es la oración y la obediencia a la Palabra “que guardes el mandamiento…” (1 Timoteo 6:14a).
Un hombre o mujer de Dios, son aquellos que aprenden a huir del pecado, persigue las cosas buenas, lucha constantemente con la tendencia al pecado y echa mano de la vida eterna, con las armas espirituales que Dios ha puesto en su mano.
¡Con la expectativa de verte!

Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor