JESÚS VINO AL MUNDO PARA SALVARLO
“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”
Juan 3:17
En este mes de diciembre el creyente debe recordar el propósito del Señor Jesús, por el cual dejó Su trono y vino a este mundo. El capítulo 3:17 del Evangelio de Juan (Juan 3:17) es uno de los versículos que ofrecen una profunda comprensión del propósito de la Venida del Señor Jesucristo al mundo. Este pasaje, que sigue al versículo 3:16, no solo enfatiza la naturaleza del amor de Dios, sino que también aclara la “misión redentora de Cristo” haciéndonos reflexionar sobre la gracia, la salvación y el juicio, temas centrales en la teología cristiana.
¿Alguna vez cometió una equivocación y fue juzgado con dureza?
Muchos han sido sorprendidos en pecado y no se les compartió el Evangelio, por lo tanto, siguen condenados fuera de la presencia de Cristo.
La idea de que Dios «no envió a su Hijo al mundo para condenar» es liberadora. En un mundo donde a menudo enfrentamos juicios y críticas, este versículo nos asegura que en la presencia de Dios encontramos “gracia y perdón”.
Recuerde que Jesús vino para poner en libertad a los cautivos, y nosotros, como sus seguidores, también debemos seguir con el propósito de Su Primera Venida.
Juan nos invita a considerar el profundo amor de Dios y su deseo de salvación para toda la humanidad. Este versículo nos recuerda que, a pesar de nuestras imperfecciones y pecados, Dios no busca condenarnos, sino que anhela que todos vengamos a Él y experimentemos la salvación que ofrece a través de Jesucristo.
¡Amado hermano!
- Dios nos invita a reflexionar sobre cómo respondemos “a Su gracia de salvación.”
- ¿Aceptamos la luz de Cristo en nuestras vidas, o elegimos permanecer en la oscuridad?
- La decisión de vivir en la Luz, implica un compromiso de seguir a Jesús y compartir su mensaje con aquellos que todavía no lo han reconocido como su Señor y Salvador.
Destruyendo barreras
José Cabanillas
Pastor Asistente