RESTAURADOS POR SU AMOR ETERNO
“7 Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. 8 Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor. 9 Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré.”
Isaías 54:7-9
En este pasaje, Dios habla directamente a Su pueblo, asegurándoles que, aunque pasen por momentos difíciles o de corrección, Su amor y compasión están siempre presentes. El Señor nos invita a confiar en Su promesa inmutable de amor, incluso cuando todo a nuestro alrededor parezca desmoronarse.
1.“Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias” v.7
A veces, sentimos que Dios se ha alejado o que nos ha abandonado. Esto puede ser resultado de nuestras propias decisiones o de circunstancias fuera de nuestro control. Dios permite ciertas pruebas o dificultades para hacernos crecer y fortalecer nuestra fe. La promesa aquí es clara: Su compasión no es momentánea, es eterna. Él siempre nos recogerá y nos restaurará con un amor más grande de lo que podemos imaginar.
2. “Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.” v.8
Dios es Justo y Santo, y a veces Su enojo es el resultado de nuestra desobediencia o rebeldía. Sin embargo, Su ira es momentánea, mientras que Su amor es eterno y es parte de Su naturaleza. El amor de Dios no depende de lo que hacemos; Él nos ama porque esa es Su esencia. Aun cuando nos corrige, lo hace con un propósito redentor, para guiarnos de regreso a Él.
3.“Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré.” v.9
Dios nos recuerda Su pacto con Noé, una promesa que nunca fue quebrantada. Así como Dios cumplió Su palabra de no volver a inundar la tierra, Él cumple Su promesa de no abandonar a Su pueblo. La fidelidad de Dios es el fundamento de nuestra esperanza; no importa cuán difíciles sean nuestras circunstancias, podemos confiar en que Él es fiel para cumplir Sus promesas.
Quiero concluir con lo siguiente:
-Confía en el amor inmutable de Dios. Cuando sientas que estás pasando por un momento difícil, recuerda que Dios está trabajando en tu vida, incluso en el silencio. Su amor siempre te recogerá.
-Abraza la corrección de Dios. La disciplina de Dios no es para destruirnos, sino para transformarnos. Cada corrección es una oportunidad para crecer y acercarnos más a Él.
¡Creciendo en la Palabra y viviendo juntos en santidad!
Luiggi Naveda
Pastor Asistente