NO SEAS COMO ADÁN
“… Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió.”
Gn. 3:6
Como dice el Dr. Larry Crabb, Dios llama a los hombres a romper el «Silencio de Adán». Se refiere a la falta de intervención de Adán cuando Eva fue tentada por la serpiente en el Jardín del Edén. Según el relato bíblico en Génesis 3, Eva fue tentada por la serpiente para comer del fruto prohibido, y Adán estaba con ella. Si Adán estuvo allí, ¿por qué entonces no dijo nada? ¿Por qué no le dijo a la serpiente que se fuera de allí? ¿Por qué no corrigió a Eva cuando citó equivocadamente el mandamiento de no comer del árbol? ¿Por qué no sugirió que fueran a otro lugar para conversar acerca de la situación? ¿Por qué no paró a Eva cuando ella tomó el fruto?
La inacción de Adán en el momento de la tentación de Eva nos enseña la importancia de asumir responsabilidad y liderazgo en nuestras relaciones y decisiones. En el relato de la caída en Génesis 3, vemos que Adán estuvo presente cuando Eva fue tentada por la serpiente, pero no intervino ni protegió a su esposa de la tentación. En lugar de asumir su rol de liderazgo y protección, Adán también pecó al comer del fruto prohibido.
Esta inacción de Adán nos muestra las consecuencias de no cumplir con nuestras responsabilidades y de no actuar de acuerdo con la voluntad de Dios. Adán, como líder designado por Dios en la relación con Eva, falló al no resistir la tentación y al no proteger a su esposa de la influencia engañosa de la serpiente. Su inacción resultó en la entrada del pecado y la separación de la humanidad de Dios.
Como hombres, es fundamental no imitar la inacción de Adán en situaciones donde nuestra intervención, liderazgo o protección sean necesarias. Algunas formas en las que podemos evitar imitar la inacción de Adán incluyen:
- Asumir la responsabilidad: Como líderes en nuestros hogares, iglesias y comunidades, debemos asumir la responsabilidad de nuestras acciones y decisiones, así como de proteger y guiar a aquellos a quienes hemos sido llamados a liderar.
- Ejercer liderazgo espiritual: Es importante liderar con integridad y sabiduría, siguiendo el ejemplo de Jesucristo en todo momento. Esto implica tomar decisiones basadas en principios bíblicos y guiar a otros hacia la verdad y la justicia.
- Proteger a los demás: Debemos estar dispuestos a proteger y cuidar a aquellos que están a nuestro alrededor, tanto física como espiritualmente, mostrando un amor sacrificial y un compromiso genuino con su bienestar.
- Resistir la tentación: Es fundamental resistir la tentación y tomar decisiones que estén en línea con la voluntad de Dios, incluso cuando enfrentamos presiones o desafíos que puedan poner a prueba nuestra fe y carácter.
La inacción del hombre, como la de Adán en la Biblia, puede tener efectos negativos en el hogar y la sociedad. Esto incluye desequilibrios familiares, falta de guía espiritual y emocional en el hogar, perpetuación de injusticias y desigualdades en la sociedad, y decisiones ineficaces o corruptas en posiciones de influencia. Es crucial que los hombres asuman su liderazgo, protección y responsabilidad, actuando de acuerdo con principios bíblicos y el ejemplo de Jesucristo para contrarrestar estas consecuencias negativas y contribuir al bienestar de sus familias, comunidades y sociedades.
Tú, hombre, deja de actuar como Adán y cada día refleja más la hombría de Cristo con la que podrás cumplir tu rol dentro de un mundo escaso de hombres de verdad.
Avancemos con fe.
Juan Carlos Chirinos
Pastor Asistente
Amén 🙏