LAS 7 RESPONSABILIDADES DE UNA COMUNIDAD CRISTIANA
“42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. 43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” (Hechos 2:42-47)
Esta semana Dios siguió escribiendo Su historia entre nosotros. Se bautizaron 16 hermanos, aperturamos una nueva célula de matrimonios y nació una nueva iglesia hija (la número trece). ¡Gloria sea a Dios! Sin duda que el Señor sigue añadiendo a Su Iglesia los que han de ser salvos.
El libro de Hechos nos muestra los detalles del nacimiento de la primera iglesia; por ende, nos deja tremendas pautas para usarlas como manual de lo que la iglesia del Señor hoy debe ser y hacer.
1. Perseverar en la doctrina (v.42a): “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles,”. “perseverar”: Implica soportar y mantenerse de pie en medio de un mundo fluctuante. Ante los embates del enemigo y los cambios constantes, la Palabra de Dios es el ancla para manternenos firmes. El timón de la iglesia es el púlpito, entonces la predicación debe estar fundamentada en el “escrito está”. Permanecer en la doctrina no es sólo tarea del pastor; sino, de todos aquellos que son discípulos de Jesús y aman Su venida. ¡Es tarea de todos!
2. Mantener la comunión y unidad congregacional (vv.42b, 46a): “… en la comunión unos con otros …” “Y perseverando unánimes cada día en el templo,”. Comunión: ´koinónos´, que significa compañero, con quien tengo común interés. El mundo conocerá del amor de Dios a través del testimonio de Su Iglesia, y la unidad es un poderoso ingrediente para mostrar a Jesús.
Seguir a Jesús no es sólo cuestión de tener las creencias correctas, sino también las relaciones correctas con el prójimo. La unanimidad no implica estar siempre de acuerdo en algunas ideas, pero sí implica estar juntos y que nada rompa esa unidad. Nuestros gustos e ideas no pueden quebrar nuestros principios espirituales.
3. Congregar y desarrollar una vida espiritual (v.42c): “… en el partimiento del pan y en las oraciones.” El verbo en el original implica: partir o quebrar; y se refiere al hecho de participar juntos de la Santa Cena. Esto implica nuestra vida de iglesia. Precisamente, una evidencia del enfriamiento espiritual es dejar de congregar. Una iglesia que ora es una iglesia que ama hablar con Su Señor.
4. Vivir en el poder del Espíritu Santo (v.43b): “… y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.” Se refiere a que fueron usados por Dios como instrumentos para realizar milagros. Por eso, más adelante Hch. 4:33, dice: “Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.” Si hay dos cosas que hoy en día falta en las iglesias es: santidad para vivir como a Dios le agrada, y poder para ser instrumento del obrar divino de Dios. Una iglesia no puede guiada por el Espíritu si primero no es alimentada por la Palabra.
5. Practicar la ayuda mutua (vv.44-45): “Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.” Vivimos en un mundo egoísta, donde el amor de muchos se ha enfriado. El amor al prójimo no debe ser tomado a menos. Recordemos que la iglesia no es un círculo selecto para unos cuantos, sino un centro espiritual para todos. Seamos la Iglesia, seamos las manos y los pies que son guiados por el latido del corazón de Jesús.
6. Vivir para la alabanza del Señor (v.47a): “alabando a Dios,”. Ninguna cosa debemos realizar que no lleve el sello de la gloria de Dios. Podemos ser una iglesia muy popular en la tierra y ser desconocidos en el cielo. Brillamos aquí pero no iluminamos allá. Podemos ocupar pedestales pero no construimos altares. ¡Cuidado! Nuestro corazón es una fábrica de construir ídolos. Que ningún logro le robe la gloria y alabanza a nuestro Señor. Fuimos creados para alabanza de nuestro Señor.
7. Dar testimonio de Jesucristo (v.47b): “… y teniendo favor con todo el pueblo.” Una comunidad cristiana saludable atrae personas a Cristo. No podemos cumplir a cabalidad con nuestro llamado a ser “luz y sal del mundo”, a menos que encarnemos el evangelio de Jesús. Una iglesia puertas adentro no puede salar ni iluminar. La brújula moral de la sociedad es la iglesia. Recuerde que las mejores prédicas no se escuchan, se ven.
Hudson Taylor dijo: “No son los grandes hombres que transforman el mundo, sino los débiles y pequeños en las manos de un Dios grande.” El reino de Dios no tiene turistas, tiene ciudadanos; así que, le animo a involucrarse en el obrar de Dios. ¡No todos estamos llamados a liderar pero todos estamos llamados a servir! Involucrémonos en el obrar de Dios a través de la iglesia local.
¡Estudiemos la Palabra! ¡Vivamos la Palabra! ¡Enseñemos la Palabra!
Con amor
Daniel Alcántara
Pastor Titular