VENCIENDO LA TENTACIÓN
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”
Santiago 4.7
¿Alguna vez te ha sentido atacado por Satanás?
¿Cómo podemos repeler ese ataque?
Muchos años atrás pensaba que el “soldado” de un ejército, entendía este versículo rápidamente porque esto es una guerra (existe un enemigo a quien hay de rechazarlo); ahora, podría decir que el “creyente” lleno del Espíritu Santo lo entiende mucho mejor y más rápido sobre esta guerra espiritual. Veamos estas dos palabras: “someteos” y “resistid”:
A. Someteos: “alinearse bajo otro”. La palabra “alinearse” se aplicaba a los soldados que estaban bajo la autoridad de su comandante. Santiago usó esta palabra para describir una sumisión y consciente a la autoridad de Dios como el Soberano del universo.
El creyente deberá ser una persona humilde, rindiendo lealtad total a Dios, obedeciendo sus mandatos y Su dirección soberana (Mt. 10:38).
La sumisión a Dios comienza con la oración y el estudio constante de su Palabra. Esto nos ayudará a entender quién es Dios, cuáles son sus mandamientos y cómo podemos seguir su Voluntad.
B. “Resistid al diablo y huirá de vosotros”: El significado literal de “resistir” es: “mantener una posición firme en el Señor”.
Cuándo seamos tentados por el diablo, párese firme contra él. Lo que se propone es paralizarle con el temor y llevarle a su destrucción.
La resistencia al diablo comienza con la sumisión a Dios. Es importante recordar que Satanás no tiene poder sobre nosotros si somos hijos de Dios y estamos cumpliendo sus mandamientos. Debemos diariamente vestirnos con la armadura espiritual de Dios, que se describe en Ef. 6:11-18.
Así que enfréntesele. La mejor manera de resistir el poder del diablo que trata de obstaculizar el plan de Dios en tu vida es declarando en voz alta tu fe en el Señor y en todos sus atributos. No hay por qué vivir en el temor. Nuestro enemigo no puede resistir escuchar que se exalta al Señor, así que cuando se hace esto, él huye de usted.
¡Amados hermanos!
Todas las personas están bajo el señorío de Cristo o el de Satanás (Jn. 8:44; Ef. 2:2) en este sentido no existe terreno neutral. Quienes transfieren su lealtad de Satanás a Dios verán cómo Satanás huye de ellos porque queda descubierto como un enemigo derrotado.
La sumisión a Dios y la resistencia al diablo nos dan una sólida basa espiritual que nos permite vencer las tentaciones diarias y vivir una vida victoriosa en Cristo.
Destruyendo barreras
José Cabanillas
Pastor Asistente