GUIADO POR EL ESPÍRITU SANTO
“Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”
1 Corintios 2:12
El Espíritu Santo asume el papel de guía y consejero, llevándonos por el camino en que debemos “andar” y “revelándonos” la verdad de Dios.
“Porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir”
(Lc. 12:12)
“Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”
(1 Co. 2:6-10)
Este individuo es una persona regenerada que activamente rechaza el pecado; tomando acciones bíblicas específicas para descontinuar el pecado, viviendo bajo la autoridad de las Sagradas Escrituras.
¡Hermano!
1. ¿Sabía que, como creyente, el Espíritu Santo mora en usted?
Veamos en estos versículos:
“Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”
(Ez.:27)
“Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!”
(Gá. 4:6)
2. Que el Espíritu, que conoce la mente de Dios, le comunica cada verdad que Él quiere que usted oiga.
En el momento en que recibe a Cristo como su Salvador, el Espíritu Santo empieza a enseñarle la verdad de quién es Él.
Pablo dice esto claramente en 1 Corintios 2.12:
“Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”
¡Hermano!
Los incrédulos al no tener el Espíritu de Dios, llevan una vida desordenada conforme a sus razonamientos, son absolutamente incapaces de entender las cosas de Dios y por consiguiente no comprenden por qué lo hacen.
Sin embargo, usted tiene la mente de Cristo (1 Corintios 2.16), y Él le ofrece toda la perspectiva que necesita.
¿Te comprometerás a escuchar la dirección del Espíritu Santo y la confianza de que Él te la revelará?
Destruyendo barreras
José Cabanillas
Pastor Asistente