¿SE ACABÓ EL DÍA DE LA MADRE?
“Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.”
Proverbios 31:1
Muy poco se sabe acerca de Lemuel, excepto que fue un rey que recibió sabias enseñanzas de su madre. Su nombre significa “dedicado a Dios”. Lemuel como rey era la máxima autoridad de una nación. Este versículo nos deja una tremenda enseñanza para todo hijo: no importa cuánto hemos logrado en la vida, no importa cuán alto es nuestro cargo en el trabajo, absolutamente todos necesitamos el consejo de mamá.
Qué hermoso es tenerlas con nosotros y ser bendecidos con su vida, cuidado y maternidad. Hay personas que tienen la idea equivocada de que, en la Biblia, la mujer ideal es retraída y completamente casera; pero ¡no es así! La mujer que se describe en Proverbios 31 es una excelente esposa y madre. Además, vemos que cumple otras labores: es consejera, administradora, costurera, cocinera, etc. ¡Sin duda es mil oficios!
Lamentablemente, en los últimos años se ha levantado una ideología que promueve la liberación de la mujer a tal punto de ver como carga ser madre y ama de casa. Pero, “El feminismo está mezclado con la idea tan absurda que la mujer es libre si sirve a su jefe en la oficina y esclava si ayuda a su marido en el hogar.” (G.K. Chesterton)
Cuidar y trabajar por la familia es un hermoso privilegio y no una carga que muchas veces grupos minoritarios promueven. Un siervo de Dios escribió: “En la Biblia vemos que muchas mujeres trabajaban arduamente. “Rebeca, cuidaba el rebaño (Génesis 29:9); Rut, recogía granos (Ruth 2:17); Lidia, vendía púrpura (Hechos 16:14); Priscila, confeccionaba tiendas (Hechos 18:3); Febe, atendía a los siervos (Romanos 16:2); Débora, era gobernadora (Jueces 4). Las mujeres virtuosas siempre han sido laboriosas, hábiles y han aportado demasiado a la familia. El feminismo no las liberó, ellas ya eran libres en Dios para servir a sus familias y la sociedad.”
Que privilegio los que tienen aún a mamá a su lado. Los que no la tenemos podemos recordar sus consejos y honrarles con nuestra obediencia. La Palabra es clara en la consideración que debemos tener con los consejos de mamá: Proverbios 1:8: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre.” A través de una mujer que ama al Señor podemos encontrar el consejo del Señor en nuestro diario vivir.
En Proverbios 31 encontramos tantas características de una mujer piadosa y virtuosa. Si bien es cierto, una madre para cumplir con todas estas características debe amar a su familia; realmente el motor para todo ello es, su amor y temor al Señor.
Esta semana leí en las redes sociales el siguiente pensamiento: “La mujer que tiene temor de Dios busca honrar a su esposo. El hombre que tiene temor de Dios busca cuidar a su esposa. En el cristianismo no hay lugar para el machismo ni el feminismo.”
La fortaleza y dignidad de una mujer no provienen de sus logros, sino de su amor y temor a Dios. Su mejor vestido es su testimonio en obrar con temor al Señor. El libro de Proverbios comienza con el mandato de temer al Señor, “el principio de la sabiduría es el temor al Señor” (1:7), y concluye con la descripción de una mujer que cumple ese mandato: “La mujer que teme a Jehová, esa será alabada” (31:30). La corona de toda mujer es su amor y temor al Señor.
No existe la Mamá perfecta, sólo las reales que ríen, animan, luchan, juegan, acompañan, construyen, aconsejan; pero que también pierden la paciencia, se cansan, lloran, a veces gritan; pero te aseguro que, al día siguiente, vuelven a intentarlo todo para los suyos, pero con mucho más amor.
Mamita, si lees estas líneas, nunca lo olvides, tu identidad no está en tu bendición de ser madre; sino, en tu relación de ser hija de Dios.
Hablando del DISEÑO DIVINO de DIOS, al darles el privilegio y la responsabilidad de ser madres del vientre y del corazón, quisiera recordar las palabras del predicador Charles Spurgeon en su artículo Paternidad Espiritual:
“¡Oh, queridas madres!, ¡Por favor, comprendan que tenéis un encargo muy sagrado depositado en ustedes por Dios! Él de cierto te ha dicho: “Llévate a este niño y críalo para mí, y yo te daré tu pago”. Vosotras estáis llamadas a equipar a los futuros siervos de Dios, para que esté “completamente preparado para toda buena obra”. Si Dios te salva, podréis vivir para escuchar a sus hijos hablar a miles, y tendréis el dulce reflejo en tu corazón de que las tranquilas enseñanzas de la crianza bíblica llevaron a tus hijos a amar a Dios y servirlo.
Quienes piensan que una mujer ocupada en su casa por su pequeña familia no está haciendo nada, piensan al revés de lo que es cierto. Apenas puede la madre piadosa pausar su servicio en el hogar por algún momento privado de adoración. Sin embargo, ni sueñes que ella está perdida para el servicio de la iglesia. Lejos de eso, ella está realizando el mejor servicio posible para su Señor.
Madres, la educación piadosa de vuestra descendencia es vuestro primer y más apremiante deber. Las mujeres cristianas, al enseñar a los niños las Sagradas Escrituras, están cumpliendo su parte para el Señor tanto como lo hizo Moisés al juzgar a Israel, o Salomón al construir el templo.”
Mi respeto y cariño para toda mamá, y mi oración que el Señor multiplique sus fuerzas y les llene de gracia.
¡Estudiemos la Palabra! ¡Vivamos la Palabra! ¡Enseñemos la Palabra!
Daniel Alcántara
Pastor Titular
Exelente, quiero tener esa relación con Dios.