¿CÓMO DISFRUTAR DE LA PRESENCIA DE DIOS?
“Gustad, y ved que Jehová es bueno; dichoso el hombre que en él confía.”
Salmos 34:8
Como bien sabemos, el rey David es el autor de este Salmo; en sus primeros siete versículos nos da la clave para que el afligido tenga consuelo. Eso, pasa por aprender a bendecir al Señor en todo tiempo, buscarle al Señor con toda honestidad y experimentar la seguridad de ser escuchado y comprobar la bendición de ser protegido.
Después de haber experimentado y establecido esa confianza necesaria e imprescindible para esa alma desesperada, angustiada y perseguida ante un mundo miserable como el que vivimos; con enemigos gratuitos como los que perseguían a David y le quitaban la paz. Ahora, pasa a animarnos a poder experimentar la bondad de Dios de manera personal. Su consejo es:
1. HAY QUE SABOREAR A DIOS. Parece extraño que David dijera: “Gustad, y ved que Jehová es bueno;” (Salmos 34:8a). Pero, lo que David está diciendo es que así como el gusto y la vista son parte de los sentidos corporales que nos permiten ver y saborear las cosas materiales; igualmente nuestra fe es como un sentido espiritual que nos permite interactuar con el mundo espiritual y disfrutarlo. Gustad, es probarlo a Dios a través de nuestra experiencia diaria y de otros también. Esto es imposible lograrlo sin debido acercamiento y contacto espiritual y personal con el Señor.
Es una clara invitación del salmista, a saborearlo a Dios por cuenta propia. Es experimentarlo en Su bondad. Y creo que todo creyente puede dar testimonio de la inmensa bondad de Dios.
2. DISFRUTAR DE LA DICHA QUE OTORGA LA CONFIANZA DE CONOCERLE. David expresó: “Dichoso el hombre que confía en él.” (Salmos 34:8b), porque estaba tan seguro de que cualquiera que había aprendido a gustar y ver al Señor, tendría la felicidad de saber que podía confiar en él, cualquiera que sea la situación por la que pasaba. Esto es muy importante para aquellos creyentes que recién conocen al Señor y comienzan a experimentar Su bondad. Poco a poco van descubriendo que la presencia de Dios está con ellos y que jamás serán abandonados. Y que hay una confianza y seguridad de contar con Dios en cualquier momento.
3. REVERENCIAR LA PRESENCIA DEL SEÑOR EN TODO MOMENTO. Lejos del pánico y miedo que transmite la religiosidad acendrada en el pueblo. David nos hace la invitación siguiente: “Temed a Jehová, vosotros sus santos,” (Salmos 34:9a). Es que, cuando disfrutas a Dios se genera un estado de confianza, en el cual surge un temor reverente, porque vas descubriendo la grandeza e inmensidad de Dios, entonces aparece un temor apropiado, producto de tu indignidad frente a Su Santidad, de tu pequeñez frente a Su grandeza, de tu finitud frente a Su infinitud, de tu temporalidad frente a Su eternidad. Esto, nada tiene que ver con el exceso de familiaridad que expresa el neófito o el necio.
Aprendamos a disfrutar de la bondad, de la grandeza, misericordia y gracia del Omnipotente y soberano Dios. ¡Examínalo!
¡Con la expectativa de verte!
Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor