LA BONDAD DE DIOS
“Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,”
Tito 3:4
La bondad está relacionada con aquello que es bueno; es un elemento de la naturaleza de Dios y también una virtud de la vida cristiana.
Al pensar en la bondad de Dios, viene a nuestra mente la obra redentora de Cristo: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8
Con Su obra en la cruz unió nuestro corazón a Él; lo que conlleva que nuestros pensamientos y emociones estén entrelazados con la mente de Cristo. Cuando meditamos en este asombroso amor y contemplamos al glorioso Salvador, nuestros corazones se llenan de gozo, por todo lo que Él hace en nuestras vidas, obrando de esa manera por sola gracia. Todos los creyentes pueden expresar gozosos lo que ahora son en Cristo, por Su amor sacrificial en la cruz.
Recordar nuestra salvación, debería motivarnos a tener en mente, que la única razón por la que somos diferentes ahora, es que Cristo nos salvó. Cuando somos bombardeados por el mundo, debemos enfocarnos por encima de todo, en la gracia soberana de Dios, quien nos libró a cada uno de nosotros de esa vida pecaminosa.
A causa del amor grande y compasivo de Dios para con los hombres, Él libra a los pecadores de la opresión y del peligro de la maldad. Fue a través de Jesucristo que se manifestó la bondad y el amor de Dios para con los hombres.
Tito 3:5 nos menciona que: “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.” El propósito de la muerte de Cristo, fue realizar el sacrificio perfecto que habría de salvar a los pecadores perdidos, entre los cuales todos nos habíamos contado en otro tiempo.
La maravilla de la bondad de Dios descansa en que el amor bueno y misericordioso de Él se dirija a una persona tan rebelde, necia, desobediente, extraviada y aborrecible como soy yo. Y ahora gracias a la obra de Cristo en la cruz, somos herederos de Dios como en Tito 3:7 nos dice: “para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.”
¡Creciendo en la Palabra juntos!
Luiggi Naveda
Pastor Asistente