¿ES DIOS TU SEÑOR?
“Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?”
Lucas 6:46
Jesús explica que hay personas que le llaman Señor, pero no hacen lo que Él les dice, y esta es una contradicción.
La palabra “Señor” que aparece aquí viene de la Palabra Griega “Kurios” que significa “supremo en autoridad, Amo o dueño”.
Muchos pueden declarar su lealtad, llamarle Señor y Maestro y después ignorar sus mandamientos, hay personas que dicen llamarse discípulos de Jesús, pero no lo son, otros declaran que son “creyentes”, pero no lo son.
Pero también lamentablemente hay creyentes verdaderos que se desvían y deciden no obedecer todo lo que Dios les dice, son muy selectivos con su obediencia
El problema de estos supuestos seguidores no es un problema de desobediencia sino de lealtad, su lealtad no está con Jesús. El llamar a Jesús “Señor” quiere decir que uno le dedica toda su vida y lealtad, entonces la autoridad y lealtad al Señor debe de afectar toda área de su vida, matrimonio, vida personal, emocional, financiera. etc.
Nuestro mayor problema hacia una genuina lealtad a Jesús es que muchos cristianos hoy en día han mal aprendido a pastorearse ellos solos, tenemos que considerar lo que dice Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. He allí la necesidad de ser pastoreado, de ser discipulado y dejar que los instrumentos que Dios ha levantado en Su Iglesia para llegar a ser a la altura y estatura de Cristo Jesús, recuerda que Dios ha levantado autoridades en Su Iglesia para bendecir, guiar y formar muestra vida.
Nuestra lealtad a Jesús, a Dios dependerá de cuan cercanos seamos a Él y a Su Palabra, dependerá de cuánto nos dejemos enseñar y discipular en Su Iglesia.
¿Haces lo que Dios te pide? ¿Te cuesta ser obediente a su voluntad? ¿Cómo estás en tu lealtad hacia tu Señor? ¿Estás siendo discipulado o dejándote discipular?
Alex Plasencia
Pastor Asistente
Jesús, se caracterizó por su humildad, y cuando hablaba lo hacía en primera persona, apezar de su condición de santo. Cuando se dirige a su pueblo le permitía acercarse a él porque se incluía como hombre mostrando la condición de pecado a pesar que es Santo . Por eso siempre el hombre no puede exhortar al hombre en segunda persona porque todos somos pecadores . El cristiano humilde siempre debemos exhortar con culpa en primera persona.