DOS FORMAS DE ADORAR EN EL TRABAJO
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”.
Colosenses 3.23
Todos trabajamos. Tengamos un sueldo cada mes o no, tenemos trabajo que hacer. Algunas personas lo hacen desde la oficina, otros en el campo, y otros dentro de su casa. Algunos diseñan estrategias de ventas, otros construyen casas, y otros educan niños. Todos los seres humanos fuimos creados para crear, y esta es una manera en la que reflejamos a nuestro creador cuando administramos, sostenemos, y alimentamos.
He escuchado a varios amigos y hermanos expresar el deseo de poder tener un trabajo ministerial en el que puedan servir al Señor, y la verdad es que casi todos los trabajos pueden ser trabajos donde tenemos la oportunidad de servir al Señor y hacer su voluntad. El mundo no solo necesita predicadores, también necesita un mecánico honesto y abogado justo.
Hoy, aprenderemos dos formas en las que podemos adorar a Dios en el trabajo:
- Tu trabajo (el que sea) tiene propósito.
Sea cual sea nuestro trabajo actual, y por más fuerte que parezca puede convertirse en el mejor trabajo del mundo si lo hacemos para la gloria de Dios y no como para los hombres. Debemos dejar de pensar que para que nuestro trabajo sea importante tenemos que estar en una posición de liderazgo y ser vistos por muchas personas. Quizá entendemos muy bien que nuestro trabajo “como todo lo demás” debe ser para la gloria de Dios. Pero eso no es todo, nuestro trabajo también es para el bien de quien nos rodea.
Martin Lutero escribió un pensamiento que me llamo la atención “Dios no necesita nuestras buenas obras, pero nuestro prójimo sí”.
Siempre que miremos a nuestro alrededor encontraremos a personas vacías, sin esperanza, agotadas, enfermas y con hambre. Es allí donde el bien y el testimonio de un seguidor de Jesús hace la diferencia, compartiendo el mensaje de salvación, ministrando al corazón de aquel que está perdido y que no tiene esperanza alguna. - El trabajo es parte de nuestra adoración.
Nuestro Señor Jesús pasó aproximadamente el 90 por ciento de su vida terrenal (aproximadamente 30 años) trabajando en un trabajo regular. Cuando era niño, habría tenido tareas que hacer. Y, cuando tuvo la edad suficiente, trabajó en el negocio de carpintería de su padre. Luego, pasó el 10 por ciento restante de Su vida terrenal (aproximadamente tres años) trabajando en el ministerio como predicador, sanador y líder. Jesús caminó perfectamente en la voluntad del Padre para Su vida. Glorificó a Dios perfecta e igualmente cuando hizo sus tareas cuando era niño.
Lo que es verdad de Jesucristo es verdad para nosotros hoy. Alguien dijo: “Tu trabajo es un asunto muy sagrado. Dios se deleita en él, ya que, a través de él, quiere derramar Sus bendiciones sobre ti”. Este elogio del trabajo debe estar escrito en todas las áreas, y en la frente de todos los que trabajamos.
Puede ser que Dios nos dé el trabajo que tanto soñamos… y puede que no. Con todo, Él es siempre bueno y nos dará todo lo que realmente necesitamos en Cristo Jesús. ¡Él es nuestra recompensa! Trabajar con gozo es una manera de expresar adoración por todo lo que ya nos ha sido dado.
Mi hermano y Hermana, recordemos siempre que en el trabajo podemos adorar a Dios al dedicar nuestro trabajo con excelencia, tratar a nuestros colegas con amor y respeto, y buscar la sabiduría divina para enfrentar los desafíos. Recordemos que cada tarea, por pequeña que sea, puede ser una oportunidad para glorificar a Dios con nuestro esfuerzo y actitud.
José Miguel Olave
Pastor de Adoración y Artes
Muy edificante
Excelente devociones.. gracias Dios
Buenos días pastor yo trabajo con arma en Prosegur transporte y valores una consulta que hago en un momento que nos quieren asaltar o quizás nos quieran matar yo puedo hacer uso de mi arma para defenderme tengo muchas dudas al respecto quisiera su opinión gracias