ESPERANZA EN MEDIO DEL SUFRIMIENTO
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.
Romanos 8:28
Hace pocos días un buen amigo perdió a su padre, estuve muy cerca de él y de su familia, veía el profundo dolor que la separación física causaba en ellos, pero también veía la esperanza que tenían al saber que su familiar fallecido estaba en la presencia del Señor.
Pensaba un poco en que, las enfermedades, pruebas, pérdida de seres queridos y otras situaciones difíciles pueden llegar a nuestra vida en cualquier momento, y pueden parecer un asunto del azar, ya que no importan las precauciones que tomemos, no existe ni existirá una fórmula mágica que impida que la aflicción llegue a nuestras vidas.
Pero no todo está perdido. Tenemos una esperanza en medio del sufrimiento.
A la luz de Romanos 8:26-30 dice: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó”.
Hoy quiero compartir contigo tres verdades que nos sostendrán en medio del dolor y el sufrimiento:
- El Espíritu intercede por nosotros.
“De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”, Romanos 8:26.
Es posible que en momentos de enfermedad o muerte no sepamos cómo orar según la voluntad de Dios, pero debe reconfortarnos saber que el Espíritu sí sabe hacerlo e intercede por nosotros.
- El Padre obra providencialmente.
“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien…”, Romanos 8:28.
Es importante entender que esta promesa no se aplica a todos, sino únicamente a aquellos que aman a Dios. Asimismo, Pablo no afirma que todas las circunstancias que enfrenta un cristiano serán buenas, sino que Dios obra providencialmente en medio del sufrimiento. Tampoco dice que todas las cosas malas que nos acontecen serán reemplazadas de inmediato por cosas mejores. Lo que sí dice es que Dios obra providencialmente en el sufrimiento y orquesta todas las cosas buenas o malas para nuestro bien.
- Dios nos promete una vida mejor
“Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, a esos también llamó. A los que llamó, a esos también justificó. A los que justificó, a esos también glorificó”. Romanos 8; 29,20.
Dios quiere darnos una vida mejor mientras aguardamos la redención de nuestros cuerpos. El apóstol Pablo enseña que Dios nos ha escogido y predestinado con un propósito específico: que seamos conformados a la imagen de Jesucristo.
Mi Hermano y hermana, solamente la esperanza que ponemos en Cristo puede darnos una verdadera seguridad, confianza y fidelidad para atravesar las circunstancias dolorosas. Solamente por la obra de Cristo podemos estar confiados en que somos salvos para siempre. Nuestras aflicciones tienen sentido y propósito cuando Romanos 8:29 nos dice que fuimos escogidos para ser hechos a la imagen de Su Hijo. Cada aflicción está tallando el corazón y la mente de Cristo en nosotros, porque pertenecemos al Reino de Dios.
¡Creciendo juntos!
José Miguel Olave
Pastor de Adoración y Artes