LO QUE TODOS NECESITAMOS
“y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! Fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.”
Éxodo 34:6-7
Qué impactante habrá sido para Moisés estar en la presencia de Dios y escuchar Su voz. Apreciar las características de Su persona: “Fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;” (Éxodo 34:6). Su amor por sus criaturas es tan grande que se prolonga por mil generaciones. ¡Qué Dios para más compasivo que tenemos! Sin embargo, debemos de recordar que Su amor está ligado a Su justicia y a Su santidad; por lo tanto, no puede pasar por alto a los culpables de pecado y los va a castigar a menos que alguien haga expiación por ellos. Y esto, es precisamente lo que hizo Jesucristo: “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” (Hebreos 7:25). Esto es lo lindo y maravilloso del Evangelio, que Dios perdona en Jesucristo: la iniquidad, la rebelión y el pecado.
1. EL PERDÓN DE LA INIQUIDAD. Esto, significa la condición de ser injustos, no rectos, ya sea en nuestra relación con Dios o con el prójimo. Esto tiene que ver con un corazón torcido o deformado producto de la caída del hombre. A partir de ese momento, el hombre comienza a experimentar sentimientos nunca antes vividos, como el temor, la culpa, la vergüenza, como también el desplazamiento de la culpa e imputándola a otro, en este caso a Eva. Sin embargo, Dios está dispuesto a perdonar, como lo dice: “que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad,” (Éxodo 34:7)
2. EL PERDÓN DE LA REBELIÓN. Otras versiones le llaman transgresión. Y tiene que ver con la violación de principios establecidos. Son acciones que el hombre comete traspasando los límites que Dios ha establecido para sus hijos. Tal es el caso de Adán y Eva, cuando decidieron marcar su independencia de Dios, desoyendo lo que Dios había ordenado; y asumiendo justamente las consecuencias de su extravío. A este tipo de actitud absurda, Dios también está dispuesto a perdonar: “que guarda misericordia a millares, que perdona… la rebelión…” (Éxodo 34:6).
3. EL PERDÓN DEL PECADO. Se refiere a una acción de disparar una flecha al blanco y errar. Es todo esfuerzo que hace el hombre equivocadamente y que no da la talla de lo que Dios ha establecido. Un ejemplo de este tipo de acción es Ananías y Safira, quienes, pretendiendo decir la verdad, escondían la mentira que ambos, como pareja, se habían puesto de acuerdo, como lo descubrió el apóstol Pedro, lleno del Espíritu Santo, le dijo: «Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo y sustrajeses del precio de la heredad?» (Hechos 5:3). Todo esto, está Dios dispuesto a perdonar, siempre y cuando el pecador se acerque a Dios por medio del Señor Jesucristo, para pedir perdón y arreglar su condición delante de Dios.
Cuando uno ve y entiende las diferentes manifestaciones del pecado recién uno se puede dar cuenta que, necesitamos desesperadamente la misericordia del Señor, el cual está presto a otorgarnos. Y darnos la libertad para amarlo y seguirlo.
¡Con la expectativa de verte!
Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor