LOS BENEFICIOS DEL CREYENTE EN CRISTO JESÚS
“26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. 28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” (Gálatas 3:26-29)
Estos versículos describen 4 beneficios de todo aquel que ha depositado su fe en Cristo. Cuando venimos al Señor no sólo obtenemos la salvación por gracia. En su misericordia hay muchos beneficios que recibimos al abrazar a Cristo Jesús como Señor y Salvador. ¿Cuáles son ellos?
- Por medio de la fe en Cristo somos hijos de Dios (v.26): “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”
- Este versículo revela verdades fundamentales del cristianismo: la paternidad divina y nuestra identidad como hijos de Dios.
- La palabra que emplea Pablo para hijos es “huioi”, que tiene la connotación de un hijo que se relaciona con su Padre en una esfera de privilegio y deber.
- La filiación divina no depende del mérito humano, sino de la fe en Cristo Jesús. No es lo que nosotros hacemos o logramos; sino confiar en lo que Él hizo a favor de la humanidad.
- A través de la fe en Jesús recibimos la gracia divina. Por eso, Juan 1:12, dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” Se usa la palabra ´eususión`, que significa el derecho a ser hijos de Dios. Un derecho no ganado sino concedido.
- El Señor Jesús le dijo a Nicodemo, un religioso cabal, “os es necesario nacer de nuevo”. Nicodemo era un buen religioso pero no era un hijo de Dios. Quizás al estilo de Nicodemo, te esfuerzas por cumplir ciertas reglas o normas, pero no eres un hijo de Dios. La adopción de Dios nos da una nueva identidad. Dejamos de identificarnos con el mundo y sus estándares para abrazar nuestra verdadera naturaleza en Cristo.
- Tú no eres un médico, abogado, profesor o estudiante cristiano, eres un cristiano que es médico, abogado, profesor o estudiante. Mi identidad es ser cristiano, es lo que soy; mi profesión, es lo que hago.
- La herejía más grande que se haya diseminado por este mundo es creer que todos son hijos de Dios. El versículo es muy claro cuando dice: “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” Todos somos creación de Dios, pero hijos son sólo aquellos que por la fe en Jesús han recibido esa gracia.
- “Lamentablemente ha surgido una nueva generación de ´creyentes` que piensan que es posible ser hijo de Dios sin abandonar el mundo.” A. W. Tozer
- Por medio de la fe en Cristo somos revestidos (v.27): “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.”
- Quizás usted esté pensando que el bautismo que aquí se menciona se refiere al bautismo por agua, el cual es una evidencia pública y un paso de obediencia que nos identifica con Jesús; así que cada creyente debe ser bautizado. Si amo y sigo a Jesús debo entonces ir a las aguas del bautismo siguiendo su ejemplo. Pero, este bautismo al cual se refiere aquí (v.27), es el bautismo del Espíritu Santo, y esto sucede cuando uno abre su corazón y confía en Jesús. ¿Qué es lo que sucede? El Señor nos toma y nos coloca en el cuerpo de los creyentes.
- El apóstol Pablo dice, “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” (1 Corintios 12:13). Eso quiere decir que somos identificados y colocados en el cuerpo de los creyentes, la Iglesia.
- La figura que usa Pablo es de estar “vestidos” de Cristo como resultado de nuestra fe en Él. Ya no estamos desnudos ni desamparados, estamos bajo la cobertura de nuestro amado Salvador.
- Cuán diferente era nuestro vestido sin Cristo: “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia;” (Isaías 64:6a). Gloria a Dios por perdonarnos, limpiarnos y vestirnos por la obra y persona de Cristo Jesús.
- Estar revestido de Cristo no es lo mismo que estar disfrazado de cristiano. El primero vive en el poder del Espíritu Santo; el segundo, vive una religiosidad y de apariencias.
- Por medio de la fe en Cristo somos Uno en Él (v.28): “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”
- En el tiempo del apóstol Pablo, algunos hombres judíos iniciaban su oración matutina así: “Señor, te doy gracias porque no soy gentil, esclavo ni mujer.”
- Los judaizantes enfatizaban las diferencias entre el judío y el gentil, considerando que, frente a Dios, sólo el judío era aceptado y que el gentil tenía que hacerse judío en sentido religioso para entrar en el redil. Los judaizantes hacían grande esas diferencias: el judío del gentil (en este caso los griegos): diferencias entre nacionalidades. Esclavos y libres: diferencias de rango social. Varón y mujer: Diferencias entre los sexos.
- La fe en Cristo trasciende todas las diferencias entre las personas y hace que todos los creyentes sean uno en Cristo. Ya que todos los creyentes son herederos, ninguno es más privilegiado o superior a otro. Dios no tiene favoritos, sólo tiene hijos.
- ¿Cómo se vive esto de forma práctica? Por ejemplo, es natural que nos sintamos incómodos cuando estamos con personas diferentes a nosotros y que preferimos estar con quienes “son como nosotros”: los que oran como yo, los que les gusta los himnos como a mí me gustan, los que visten como yo visto, etc. Sin embargo, cuando nos separamos de los hermanos debido a nuestras diferencias, estamos haciendo caso omiso a las enseñanzas bíblicas.
- Le animo: ame a las personas que son diferentes. Los que adoran al Señor con himnos o con coros contemporáneos, los que visten con saco y corbata el domingo o los que vienen con jeans y zapatillas, los que se privan de ciertos alimentos o los que comen de todo, etc. ¡Dios sea glorificado en todos!
- Dios permite nuestras diferencias, pero busca nuestra unidad. Dios no quiere uniformarnos, Él desea unificarnos. Qué privilegio que, aunque somos diferentes somos Uno en Cristo.
- Cuando el mundo ve que la Iglesia, aunque son muchos al mismo tiempo son UNO, entonces le es más fácil conocer a Cristo Jesús.
- Por medio de la fe en Cristo somos herederos según la promesa (v.29): “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.”
- La promesa que Dios le hizo a Abraham también era para todo el mundo, no sólo para sus descendientes biológicos. Dice Génesis 12:3: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”
- Abraham fue salvo por la fe, nosotros también somos salvos por la fe. Abraham presentó un pequeño sacrificio que señalaba hacia la venida de Cristo, el cual llegó y murió en la cruz por nosotros, un sacrificio único para todos como dice la carta a los Hebreos.
- “Si Cristo es la Simiente en su sentido final, a quien se dieron las promesas, y en quien hallan su cumplimiento, entonces quienes son de Cristo, como miembros del cuerpo de Cristo, constituyen también el linaje espiritual de Abraham. Desde luego el elemento que nos permite esto es la fe, y estando en Cristo, necesariamente somos hijos de Abraham por la fe: “linaje de Abraham sois” … Y somos “herederos según la promesa” de todo el contenido espiritual de la gran obra de la gracia de Dios.” (Ernest Trenchard)
- Lo hermoso de Su promesa es que no está condicionada a nuestro actuar; sino, está anclada al carácter fiel de nuestro Dios, quien cumple lo que promete.
Cuando estamos en Cristo, recibimos estos beneficios, pero quizás tú estás enfrentando alguna prueba, enfermedad o problemas en el hogar, te animo con la Palabra: “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.” (Hebreos 10:35-39)
Venir al Señor tiene más beneficios de lo que nosotros podemos imaginar. ¡Gloria a Dios por su bondad! Así que, nuestra mejor forma de mostrar gratitud a ello es: ¡Estudiando la Palabra! ¡Viviendo la Palabra! ¡Enseñando la Palabra!
Daniel Alcántara
Pastor Titular