NAVIDAD: ES DIOS CON NOSOTROS
“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.”
(Mateo 1.23)
Muy pocas veces escuchamos ese maravilloso nombre: Emanuel. Y quizá se deba a la ignorancia que tenemos y la poca valoración que le damos. Hablar de la navidad es hacer referencia a: Jesús, Jesucristo, Cristo, el Niño Dios, el hijo de la virgen, quizá el Mesías. Pero casi nunca Emanuel.
Ahora, la profecía venía desde hacía 700 años a.C. Es una profecía que la dio el profeta Isaías: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Isaías 7:14).
Este nombre Emanuel, escrito en hebreo, por lo menos implica tres cosas:
1. QUE DIOS ESTABA SEPARADO DEL HOMBRE. Para entender este asunto tenemos que remontarnos al principio de los tiempos preguntándonos ¿Cuál es la razón por la que Dios estaba separado de nosotros? Dice la palabra de Dios que, al poner Dios al hombre en el huerto de Edén, le dio una advertencia: “Y mandó Jehová al hombre, diciendo: De todo; árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:16-17).Este mandato fue totalmente desoído por Adán y Eva, ante tal desobediencia; se rompe la comunión con Dios, entró en la raza humana la muerte espiritual y la muerte física y con ella, lo más terrible, la separación de Dios.
2. QUE ESA SEPARACIÓN DIO LUGAR A UNA PROMESA DE DIOS. Es casi increíble el amor, la bondad y esa gran misericordia de la que Dios ha hecho uso en sus tratos con el hombre; para extenderle una promesa: “Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.” (Deuteronomio 18:18). Promesa que sin duda Dios la cumplió como lo dijo el apóstol Pablo: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.” (Gálatas 4:4-5).
3. QUE DIOS DEFINITIVAMENTE VENÍA A HABITAR ENTRE NOSOTROS. Esta es la razón por la que Mateo, trae a la memoria la profecía de Isaías: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” (Mateo 1.23). Esto era lo que precisamente José y María no sabían. Que Dios había decidido que el Espíritu Santo generara una naturaleza humana en el vientre de la virgen María. Uniéndola de esta manera a la naturaleza divina que era pre existente. A ese niño tan especial en cuya gestación no participó hombre alguno, ni mujer alguna en su concepción; se le llama Emanuel, es decir Dios con nosotros.
Y esto, es lo que celebramos, que Dios habita entre nosotros; por eso, todo lo que hagamos debe de tener el propósito de darle toda la gloria a él. Por eso también, nos encargó la Gran Comisión diciéndonos: “y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:20b) ¡Gloria al Señor por su presencia entre nosotros!
¡Con la expectativa de verte!
Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor