CUIDÉMONOS DE LA ADICCIÓN AL TRABAJO
La adicción al trabajo es un fenómeno real y preocupante que afecta a muchas personas en todo el mundo. El creyente podría caer en esta adicción, por lo cual debe tener cuidado. Veamos en qué consiste, a qué síntomas debes estar atento y cómo afrontarla para volver a disfrutar de una vida plena en Cristo.
1. DEFINICIONES
- ¿Qué es el trabajo?
Es la actividad física o mental que se realiza con el objeto de producir un resultado.
- ¿Qué es la adicción al trabajo?
Es cuando una persona se dedica a trabajar en forma apremiante, deteriorando su vida y relaciones más importantes.
2. SÍNTOMAS DE LA ADICCIÓN AL TRABAJO
- Son egoístas.
- Quieren realizar todo en forma perfecta.
- Desean parecer mejor que los demás.
- Buscan reconocimiento de la realización de su propósito.
Van en contra la Palabra de Dios y tienen consecuencias:
“…Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (1 P. 5:5)
3. LA RAÍZ DEL PROBLEMA
- El adicto al trabajo, encuentra su “valor” agradando a Dios y a otros por medio de su productividad y buen comportamiento (según la ley).
- Los creyentes encuentran su “valor” en la aceptación incondicional de Dios. Todas nuestras actividades son para servirle a Él. Por tanto, somos libres para mantener el equilibrio entre nuestro trabajo, descanso, recreación y las relaciones con los demás (según la gracia).
“Por tanto, alabé yo la alegría; que no tiene el hombre bien debajo del sol,
sino que coma y beba y se alegre; y que esto le quede de su trabajo los
días de su vida que Dios le concede debajo del sol”
(Ecl. 8:15)
4. RECOMENDACIONES PARA LOS ADICTOS AL TRABAJO
- Elimine la idea de que trabajar día y noche es sacrificial y espiritual.
“Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar,
Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño”
(Sal. 127:2)
- En las noches escriba una lista de sus asuntos pendientes para el día siguiente.
“El hombre impío endurece su rostro; Más el recto ordena sus caminos”
(Pr. 21:29)
- Haga una lista de sus prioridades en orden de importancia.
“Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia;
Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza”
(Pr. 21:5)
- Establezca un tiempo definido para iniciar y terminar cada tarea.
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”
(Ecl. 3:1)
- Aparte tiempo definido para la familia, amigos y para Ud.
“¿No yerran los que piensan el mal? Misericordia y verdad alcanzarán los que piensan el bien”
(Pr. 14:22)
¡Amado hermano!
¿Te dificulta organizar tu tiempo? ¿Sientes que el trabajo te está controlando? ¿Sientes más devoción al trabajo que al Señor? ¿Pones el trabajo antes que tu familia?
Cuidado en caer en la adicción al trabajo, podría considerarse idolatría.
Destruyendo barreras
José Cabanillas
Pastor Asistente