LO QUE LOS PADRES DEBEMOS HACER AL CRIAR HIJOS
“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre;”
(Proverbios 1:8)
Los padres que saben que, ser padre o madre es una tremenda responsabilidad; se habrán dado cuenta que, no es suficiente alimentar a los hijos, cuidarlos cuando son pequeños, enviarlos a la escuela; acercarlos a Dios, etc. Saben también que, es necesario apartarlos del camino de la necedad, que la disciplina se hace por amor y jamás como venganza o para descargar iras repentinas.
Pero, hay algo más, hay que formarlos, hay que ir modelando un carácter, esculpiendo una personalidad y esto se logra desde temprano, es decir cuanto más pequeños, mejor todavía. Para ello, es imprescindible usar la Palabra de Dios, la cual se constituye en el vademécum en la formación de los hijos.
Los padres jugamos un papel importantísimo, fundamental, estructural en la formación de los hijos. Así como vemos que, en la construcción de un edificio de varios pisos se colocan buenas bases; es igual en los hijos. Hay que colocar en sus vidas una buena base de tal manera que puedan obrar sabiamente en la vida. Y para esto, el Señor nos da tres recomendaciones:
1. APRENDER EL TEMOR A DIOS. Esto, es vital en la vida. Como dice el Señor en Su palabra: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;” (Proverbios 1:7a). Hay una tremenda diferencia entre vivir inteligentemente y vivir sabiamente. Hay muchas personas inteligentes que han destrozado su vida y la de su familia. Pero una persona sabia considera la Palabra de Dios, toma en serio sus advertencias, conoce sus mandamientos y los pone en práctica porque se da cuenta que esa sabiduría brota de la presencia de Dios mismo y es de beneficio para su vida.
2. CONSIDERAR LA DIRECCIÓN DE LOS PADRES. Es importante escuchar a los padres por eso dice: “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre; porque adorno de gracia serán a tu cabeza y collares a tu cuello.” (Proverbios 1:8-9). Lamentablemente vivimos en una sociedad que menosprecia, el consejo de los padres; que los considera anacrónicos u obsoletos. Y los padres dejándose llevar por estas opiniones culturales de los hijos, abandonan las instrucciones verbales, las correcciones disciplinarias; cosechando más tarde los descalabros, producidos por la inconducta de sus hijos.
3. RECHAZAR A LOS PECADORES. Los padres deberán de ayudar a sus hijos a discernir la voz de un mundo impío en el cual vivimos, para que una vez entrenados, solos puedan rechazar los consejos malos de los pecadores: “Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas.” (Proverbios 1:10). Sin duda que vivimos en un mundo lleno de influencias, unas positivas y la mayor parte negativas que han generado un estilo de vida contrario a Dios y a la vida piadosa de un creyente. Pero si un hijo de Dios teme al Señor, escucha el consejo de los padres; entonces estará preparado para rechazar las influencias perniciosas de un mundo que vive de espaldas de Dios.
Recuerda que estamos criando hijos piadosos en un mundo totalmente impío.
¡Examínalo!
¡Con la expectativa de verte!
Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor