LEALTAD DE CORAZÓN
“… Tengan sumo cuidado, por la vida de ustedes, de amar al Señor su Dios.”
(Josué 23:11 NBLA)
Dicen que las palabras de despedida son muy importantes y se les deberían prestar mucha atención. Estas son las palabras de un líder anciano que ha trajinado en la vida y ha visto un sinnúmero de situaciones con un triste desenlace en la vida de toda una generación. Estas son palabras serias, de admonición, de advertencia, porque, aunque están disfrutando la bendición de alcanzar la tierra prometida, sin embargo, no debían cantar victoria. La conquista aún continua, pero ya no sería una conquista terrenal, territorial, sino de lealtades, la interna, la conquista del corazón.
Josué había visto como toda una generación recibió una durísima disciplina al no querer conquista la tierra y desobedecer abiertamente una orden del Señor. Aunque esta generación vio el tremendo despliegue de poder del Señor, su Dios en Egipto y en Sinaí, sin embargo, el no cuidar su corazón les llevo a recibir una durísima cuarentena dando vueltas en el desierto por 40 años.
Ahora se encuentra liderando una nueva generación, aquellos que eran niños cuando salieron de Egipto, ahora ya adultos con hijos y quizá nietos, por eso antes de retirarse entiende que debe darles un mensaje. Ellos deberían atender seriamente a la lealtad de su corazón. ¿Deberían ser muy cuidadosos de qué? La respuesta es contundente: “De amar al Señor, su Dios, con todo su corazón”. ¿Cuál era la razón? La tendencia nuestra de inclinarse hacia aquellas “cosas” o “personas” que hacen que Dios no tenga su lugar de preeminencia en nuestras vidas, cayendo por consiguiente en la idolatría.
¿Es posible mantenerse fiel al Señor? La respuesta es afirmativa: ¡Claro que sí! Las Escrituras nos dicen que esta generación permaneció fiel al Señor, ¡Gloria a Dios! Es posible vivir las tensiones y duras aflicciones propias de la vida y a la vez mantenerse fieles al Señor. La generación que conquisto Canaán y que sobrevivió a Josué y los líderes supo escuchar esta seria y solemne advertencia: “Tengan sumo cuidado, por la vida de ustedes, de amar al Señor su Dios” y así lo hicieron. Qué hermoso ejemplo y testimonio digno de imitar.
Amados del Señor, sigamos disfrutando las bendiciones del Señor en esta vida, pero también teniendo mucho cuidado por la lealtad de nuestro corazón, si hay alguien a quien deberíamos amar por sobre todas las cosas es al Señor Dios.
Para meditar:
Hermano(a) ¿Estás amando al Señor con todo tu corazón? ¿Cuál crees es la evidencia de ese amor? ¿Has visto el obrar de Dios en tu vida? ¿Cuál crees debería ser tu respuesta a ello?
¡Firmes y adelante!
Néstor Méndez
Pastor Asistente