LA CLAVE PARA EVITAR COMETER ERRORES
«5Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
6Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.”
Proverbios 3:5-6
En la vida, enfrentamos decisiones constantemente: algunas pequeñas, otras trascendentales. Muchas veces, confiamos en nuestra propia lógica, emociones o en el consejo de otras personas sin buscar primero la dirección de Dios. Sin embargo, la Biblia nos enseña que depender de Dios en nuestras decisiones nos libra de errores y consecuencias dolorosas.
Este versículo nos recuerda que (aunque tengamos conocimiento o experiencia) nuestra sabiduría es limitada. Dios, en cambio, ve el panorama completo y sabe lo que es mejor para nosotros. Cuando le pedimos guía antes de decidir, Él nos dirige por el mejor camino.
Tomar decisiones sin consultar a Dios puede traer consecuencias innecesarias. Muchas veces, oramos después de haber tomado una mala decisión, pidiéndole a Dios que nos libre de las consecuencias. Pero, ¿no sería mejor orar antes y evitar el error desde el principio?
Jesús mismo, antes de elegir a sus discípulos, pasó la noche orando (Lucas 6:12-13). Si el Hijo de Dios consideró necesario buscar la voluntad del Padre antes de tomar una decisión importante, ¿cuánto más nosotros?
Veamos algunos pasos que podemos seguir para tomar decisiones sabias:
¿CÓMO BUSCAR EL CONSEJO DE DIOS?
-Orando con sinceridad: No solo pidas lo que deseas, si no somete tu voluntad a la de Dios (Filipenses 4:6-7).
-Leyendo la Palabra: La Biblia es la voz de Dios que nos instruye en cada área de la vida (Salmo 119:105).
-Esperando su respuesta: A veces queremos respuestas inmediatas, pero Dios nos guía en su tiempo perfecto (Isaías 40:31).
-Buscando consejo sabio: Dios también habla a través de personas maduras en la fe (Proverbios 11:14).
Antes de decidir, pregúntate: ¿He buscado a Dios en esta situación? ¿Estoy siguiendo su dirección o solo mis deseos? Si aprendemos a depender de Él antes de actuar, evitaremos muchas caídas y caminaremos en paz, sabiendo que su voluntad siempre es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2).
Que cada decisión en tu vida sea guiada por Dios, para que no tengas que orar después por las consecuencias de una elección impulsiva.
¡Creciendo en la Palabra y viviendo juntos en santidad!

Luiggi Naveda
Pastor Asistente