EL HOMBRE DE DIOS 3
“Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad.” (1 Timoteo 4: 6-7)
Anteriormente dijimos que el hombre o mujer de Dios, era un creyente que desarrollando su fe, genera en su corazón un deseo de servir al Señor y a Su iglesia. Dios siembra en el corazón del creyente consagrado y dedicado a Su servicio, una vida de oración, obediencia y amor a Dios, características que serán muy evidentes en su relación con los hermanos.
Esta porción de la escritura, está referida al hombre y la mujer de Dios , los cuales deben de evidenciar estas características:
- ESTARÁ BIEN NUTRIDO DE LA PALABRA. Este sano consejo le da el apóstol Pablo a Timoteo, quien era por aquel entonces un líder joven encargado de la iglesia de Éfeso “Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.” (1 Timoteo 4:6)
Un hombre o mujer de Dios estarán bien alimentados de la Palabra de Dios. No pueden darse el lujo de conocer someramente la biblia, o de ignorarla por
completo que sería lo peor. Un hombre o mujer de Dios debe de estar bien nutrido de la palabra, bien alimentado o lleno de ella; es decir satisfecho y
completo.
Ahora, el proceso de nutrición no puede prescindir de la lectura de la biblia y de la meditación sobre ella. Ya que esto, es el contenido de la enseñanza y la
doctrina que hay que transmitir. De esto depende nuestra aprobación o desaprobación como hombres de Dios. Por eso Pablo inicia este versículo con una conjunción de tipo condicional: “Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la
buena doctrina que has seguido.” (1 Timoteo 4:6). La enseñanza de la Biblia.
No solo ilumina nuestra mente, sino que, transforma nuestro corazón.
- EVITARÁ INFLUENCIAS PROFANAS. La recomendación del apóstol Pablo a Timoteo fue muy enfática: “Desecha las fabulas profanas y de viejas.
Ejercítate para la piedad.” (1 Timoteo 4: 7). Nuestro enfoque debe de ser la palabra de Dios, y no en las cosas que vienen del corazón de los hombres, por más novedosas que parezcan o la importancia que le pretendan darlas. Pablo no se cansa de advertir sobre la apostasía y las enseñanzas falsas que se introducirían en la iglesia. Y valía la pena que lo hiciera porque precisamente en Éfeso había muchas religiones falsas y la obra de Satanás era evidente. Y siempre habría la posibilidad de ser influenciados.
Más bien lo que Pablo le aconseja a Timoteo es: “Ejercítate para la piedad;” (1 Timoteo 4:7b), es decir que, Timoteo debería ejercitarse en la devoción a Dios. Y esto tenía que ver el conocimiento de la palabra de Dios y vivir conforme a ella.
En otras palabras Timoteo tenía que ver con obtener el carácter de Dios y la actitud de Dios. Ejercítate era una palabra de cuya raíz venía la palabra gimnasio, entonces Pablo le recomendaba a Timoteo que haga “gimnasia espiritual”
La PIEDAD no hace la vida más cómoda, ni que haya más dinero, ni que de más placeres en la vida. Sin embargo, hace la vida mejor y más gratificante.
Seamos buenos hombres de Dios sujetándonos a la Palabra de Dios, obedeciéndola en nuestra vida y enseñándola para otros alcances a ejercer la voluntad de nuestro Señor.
¡Con la expectativa de verte!

Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor
Muchas gracias por el devocional de hoy. Dios bendiga este ministerio.
Damos gracias a Dios por utilizar sus vidas para seguir predicando la Palabra.