CUANDO SOY DÉBIL, SOY FUERTE
«9Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.”
2 Corintios 12: 9-10
Todos, en algún momento de nuestras vidas, enfrentamos dificultades, debilidades y pruebas. A veces nos sentimos incapaces, frágiles e insuficientes. Pero la Biblia nos enseña una verdad poderosa: en nuestra debilidad, el poder de Dios se perfecciona. No es nuestra capacidad, sino la gracia de Dios la que nos sostiene y nos fortalece.
- La Suficiencia de la Gracia de Dios
Pablo tenía lo que él llamaba «un aguijón en la carne«. No sabemos exactamente qué era, pero sí sabemos que le causaba gran aflicción. Pidió a Dios que lo quitara, pero la respuesta de Dios no fue eliminar la prueba, sino darle Su gracia suficiente. La gracia de Dios es todo lo que necesitamos para seguir adelante, aun en medio de la prueba.
2. Gloriarse en la Debilidad
Pablo cambió su perspectiva, en lugar de quejarse, se gloriaba en sus debilidades. ¿Por qué? Porque entendió que cuanto más débil se sentía, más dependía del poder de Cristo.
Dios no busca personas autosuficientes, sino personas que dependan de Él. Nuestra debilidad es la oportunidad perfecta para que Dios se glorifique. No debemos avergonzarnos de nuestras limitaciones, porque Dios las usa para mostrarnos Su poder.
3. La Fuerza en la Debilidad
Pablo no solo aceptó sus debilidades, sino que se gozó en ellas. Aprendió que su fuerza no venía de sí mismo, sino de Cristo.
No estamos solos en la prueba, Cristo nos sostiene. Nuestra debilidad es el canal por el cual Dios derrama Su poder en nosotros. En nuestras luchas, Dios está trabajando en nuestro carácter y fortaleciendo nuestra fe.
Quizás hoy enfrentas una prueba, una debilidad o un sufrimiento que parece imposible de soportar. Pero recuerda, Dios no te ha abandonado, Su gracia es suficiente y su poder se perfecciona en tu debilidad.
Confía en Su gracia y permite que Él se glorifique en tu vida.

Luiggi Naveda
Pastor Asistente