CONVERSACIONES QUE EDIFICAN
“Habla a favor de los que no pueden hablar por sí mismos; garantiza justicia para todos los abatidos” Proverbios 31:8 NTV
Hoy en día vivimos en un mundo lleno de ruido, y muchas veces ese ruido es tan fuerte que a veces olvidamos el poder que tienen las palabras. A muchos nos ha pasado que en ocasiones hemos tenido una conversación trivial o una charla que no lleva a nada, pero la Escritura nos invita a algo más profundo: usar nuestras palabras para edificar, para ayudar, para levantar.
Me gusta mucho que este versículo en Proverbios 31:8 nos llama a ser defensores de aquellos que no tienen voz, a hablar en favor de quienes no pueden defenderse por sí mismos. Este versículo es un recordatorio de que nuestras conversaciones no deben ser solo para nuestro beneficio o entretenimiento, sino que debemos buscar intencionadamente aquellas palabras que traerán luz y esperanza a los corazones de los que están sufriendo. Lo que revela este y otros versículos similares es que la boca de los sabios debe actuar a favor de los demás. Eso es lo que enseña Proverbios 10:11 cuando dice: “Fuente de vida es la boca del justo”. Las palabras de los que temen a Dios deben tener un propósito, no son para tirarlas al viento.
Mis hermanos cuando nos encontremos en medio de una conversación, sea en persona o por internet, pensemos sobre lo que dicen nuestras palabras. ¿Son útiles para alguien? Sea donde quiera que estemos debemos servir al Señor en todo momento.
¿Cómo podemos aplicar esto a nuestras vidas?
Escuchar: Para poder hablar con sabiduría, necesitamos primero escuchar. A veces, la mejor manera de abrir la boca es solo estar presente para escuchar a quienes nos rodean. Las personas a menudo necesitan más que consejos; necesitan ser escuchadas, comprendidas y valoradas.
Conversaciones que edifiquen: Las conversaciones que realmente edifican no son las que nos hacen sentir mejor por nosotros mismos, sino aquellas que ayudan a otros a crecer, sanar y encontrar paz. Hablar de manera honesta, pero con compasión, puede cambiar vidas.
Hermanos, Dios nos llama a hablar con amor, generosidad y gracia, buscando siempre la restauración de aquellos que nos rodean.

José Miguel Olave
Pastor de Adoración y Artes