CONSIDERACIONES FRENTE A UNA CULTURA ANTI-CRISTIANA
“14 Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. 15 Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo. 16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? 17 Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan. 18 Mirad a Israel según la carne; los que comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar? 19 ¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? 20 Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios. 21 No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. 22 ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él?”
1 Corintios 10:14-22
Pablo concluye la discusión con los corintios acerca de la conducta de ellos al asistir a las fiestas que se daban en templos paganos; así que, advierte seriamente lo siguiente:
- LO QUE NO DEBEMOS PERMITIR:
1.1. No caer en la idolatría (v.14):
“Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.”
La principal expresión religiosa en Corinto era la idolatría. Existían varios templos paganos en la ciudad y eran muy populares. A las estatuas de madera o piedra se les daba crédito por cosas que sólo Dios podía hacer.
La idolatría sigue siendo un gran problema hoy, pero se manifiesta de otra manera. Confiar en cualquier cosa que no sea Dios es idolatría. El corazón es una fábrica de hacer ídolos. Por eso, nosotros rendimos mayor adoración (amor/compromiso) a quien toma el trono de nuestro corazón. ¿Qué ídolo en tu corazón pelea contra el señorío de Cristo?
J.C. Ryle dijo: «Cuidado con fabricarte un Dios propio: un Dios lleno de misericordia, pero no justo; un Dios lleno de amor, pero no santo; un Dios que tiene un cielo para todos, pero infierno para nadie. Tal Dios es un ídolo tuyo. No es el Dios de la Biblia.» Muchos construyen un Dios personal, a su gusto. Jesús dijo: “Ninguno puede servir a dos señores.” (Mateo 6:24). Si no le sirves a Dios; entonces, ¿a quién le sirves?
1.2 No caer en un sincretismo (vv.20-21):
“20 Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios. 21 No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.
¿Qué es sincretismo? Es un término empleado para referirse a la fusión de dos creencias religiosas que no guardan una coherencia sustancial. Es decir, que un cristiano practique cosas que el mundo hace y que la Biblia llama pecado. No puedes adorar al Señor el domingo y los siguientes días de la semana vivir como quieras. Te sirves de la mesa del Señor el domingo, pero consumes el peor menú en el barrio de Satanás de lunes a sábado. Cuando negociamos los principios del reino de los cielos, ocultamos nuestra identidad en Cristo.
La vida contaminada de un cristiano carnal infecta la vida de otros cristianos. ¡Cuidado con ser de Cristo pero “venderte” para el equipo enemigo! Cristianos carnales que se dejan guiar por lo que el mundo practica: jóvenes que tienen intimidad sexual sin ser casados, matrimonios que ensucian su celebración con borracheras, etc. Cuidado hermanos, podemos asistir el domingo a la iglesia, y estar promoviendo actividades paganas al mismo tiempo en tu propia casa o asistir a ellas.
Cuantas veces he escuchado: ¡Pastor, el mundo ya ingresó a la Iglesia! Yo mas bien preguntaría ¿El mundo ha ingresado a tu corazón? Porque si eres un hijo de Dios, tú eres la iglesia. ¿Está usted llevando una doble vida, intentando seguir a Cristo y al mismo tiempo dejándose llevar por la corriente? Como seguidores de Cristo debemos darle toda nuestra lealtad.
1.3 No provocar a Dios con nuestra desobediencia (v.22):
¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él?”
Dios nos ama tanto que nos cela con un amor santo. Entonces, no podemos vivir como nos parece la vida cristiana. Cuando hay un compromiso de amor, hay principios que no podemos saltar. Si un hombre puede tener celos cuyo amor es imperfecto, imagínate el amor de Dios que nos ama con un celo santo. ¿Por qué coquetear con lo que el mundo ofrece cuando sé que voy a despertar el celo santo de mi Señor? Dice Santiago 4:5: “¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?”
Dice el v.22: “¿Somos más fuertes que él?”, porque en su celo el Señor no se quedará de brazos cruzados. Él va a juzgar la actitud de los que ama.
2. LO QUE DEBEMOS CONSIDERAR:
2.1 Considerar la enseñanza bíblica (v.15):
“Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo.”
Debemos estar prestos a escuchar el consejo bíblico. ¿con qué corazón voy a escuchar la Palabra de Dios? Oramos por el pastor que va a predicar, pero no oramos: Señor, ayúdame a obedecer el mensaje de hoy.
Pablo les llama a ser sensatos, prudentes. Amados, no es suficiente no pecar, el cristiano también debe cuidarse de ser imprudente.
¿Sabe? Las mejores predicas no se escuchan, las mejores predicas se ven. ¡Vivamos el Evangelio! Hay personas que llegan a Cristo no porque escuchan el evangelio; sino, porque ven el evangelio.
¿Quién es un insensato? Aquel que es falto de sensatez, tonto, fatuo, alocado, loco, desatinado, imprudente, irreflexivo, irresponsable, inconsciente, irrazonable, necio. Uno es insensato cuando termina haciendo lo que siente, y no obedece lo que Dios dice en Su Palabra. La insensatez es un peldaño anterior al pecado. Uno no peca por falta de instrucción; sino, por desobediencia.
Lo que a muchos cristianos les falta es discernimiento. Mirar cada situación con los lentes de Dios. Discernir es la habilidad de pensar y actuar bíblicamente. No como mis emociones lo quieran o como los que me rodean viven. Tenemos mucho conocimiento, pero muy poca sabiduría. No sólo estudiemos la Palabra, también vivamos la Palabra.
2.2 Considerar el privilegio que tenemos en Cristo (v.16):
“La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?
El propósito de Pablo al referirse a la Santa Cena era el de fortalecer su argumento que hay un solo Dios a quien servimos y de quien recibimos bendiciones en su vida y con su muerte. En dos preguntas, Pablo usa la palabra koinonía (comunión, participación, compartir, compañerismo) para mostrar que la copa y el pan significaban “participación” con Él. Esto implica una íntima relación con el Señor que no puede ser quebrada, ni ofendida por terceros. Por eso Pablo dijo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20)
Amados, cuando participamos de la Cena del Señor, nosotros reconocemos que recibimos los beneficios de la muerte expiatoria de Cristo: salvación, perdón de pecados, justificación, santificación, etc. Cuando pecamos deliberadamente entonces, menospreciamos la persona y obra de Jesucristo.
2.3 Considerar la unidad obtenida en Cristo (v.17):
“Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo;
pues todos participamos de aquel mismo pan.”
El concepto incluye un íntimo compañerismo entre los participantes de la Cena del Señor y Cristo, y compañerismo de los unos con los otros. Por eso, la advertencia es seria acerca de cómo participamos de la cena del Señor. Entonces, una persona contaminada por el pecado, si no renuncia a ello a través del arrepentimiento, puede contaminar a otros en el cuerpo de Cristo.
La iglesia no es un conjunto de individuos, sino un cuerpo de discípulos de Jesús. La iglesia no es un lugar al cual asistir; sino, una familia a la cual pertenecer. Cuando rompemos la unidad que Cristo ha ganado y cimentado para nosotros, menospreciamos la obra de Jesús, y nos oponemos a Su plan para la iglesia. Podemos decir que somos diferentes, pero somos uno en Cristo Jesús. Debemos entender que Dios no quiere uniformarnos, Dios quiere unificarnos.
La Biblia como manual de vida nos da principios, consejos y advertencias para vivir de tal forma que agrademos el corazón de Dios. Aunque tenemos ídolos distintos todos tenemos la misma raíz del problema: nuestro corazón. ¡Nos cuesta sujetarnos a la Palabra!
Es cierto, en este mundo vamos a sufrir oposición, tentaciones, pruebas e incluso maltrato por nuestra fe, pero te animo en el Señor: “¡Resiste! Nunca he visto insectos atacando lámparas apagadas, siempre van por la que está brillando.” Seamos luz y sal para un mundo que se cae a pedazos. Pero, necesitamos evaluar constantemente nuestro corazón.
“La vida cristiana es algo más que sólo tratar de permanecer conectados con Cristo y amarlo. Si no mantienes un ojo vigilante para detectar a los ídolos y destruirlos, inevitablemente quedarás atrapado.”
Brad Bigney
¡Estudia la Palabra! ¡Vive la Palabra! ¡Enseña la Palabra!

Daniel Alcántara
Pastor Titular