ADOREMOS A DIOS
Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. Porque él es nuestro Dios.
(Salmos 95:6)
Dios nos habla en este Salmo para decirnos qué es lo que quiere esencialmente en la alabanza, lo que hace que la adoración sea verdadera adoración.
En la Biblia la palabra “adoración” significa generalmente un acto de respeto o de homenaje a Dios como nuestro Señor y Creador del universo, reconociéndole que no somos nada ante Su grandeza, pero mostrándole nuestro amor, reverencia, servicio y devoción.
Existen momentos que nos sentimos tentados a canalizar nuestra atención en los problemas y retos que nos esperan en el día. Sin embargo, en lugar de dirigir nuestra atención a esas cosas, debemos pensar en Dios que puede ayudarnos a vencer, cualquier cosa que enfrentemos:
“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”
(Romanos 8:37)
La adoración sólo comienza cuando la fe reconoce al Creador Todopoderoso: se extingue a medida que decae la fe en el adorador, o da lugar en su pensamiento a alguna imaginación puramente humana.
¡Amado hermano!
Como hijos de Dios, debemos:
– Adorarle.
– Rendirle honor conociendo quién es Él.
– Meditar en sus atributos.
– Alabarlo por su salvación y por todas las formas en que nos ha ayudado.
– Agradecerle por su provisión, su protección y la evidencia de su amor.
– Leer su Palabra acerca de las formas en que fielmente libró a su pueblo a lo largo de toda la historia.
– Expresarle su gratitud porque Él está presente y poderoso en nuestra vida como lo fue en la de los santos del pasado.
Cuando adoramos al Todopoderoso y verdaderamente pensamos en quién es Él, nuestros problemas no parecerán tan abrumadores.
Con certeza nada puede estar contra nosotros cuando caminamos con Él. Por lo tanto, pongamos nuestra esperanza en Dios.
¿Alabas y adoras a Nuestro Creador?
Destruyendo barreras.

José Cabanillas
Pastor Asistente