UN ÚLTIMO CONSEJO
“Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo: 2 Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre. 3 Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas;»
1 Reyes 2:1-3
El rey David estaba pronto a cerrar sus ojos, entonces llama a su hijo Salomón para darle un último consejo. Si esta fuera nuestra realidad, ¿qué consejo daríamos a los nuestros? Tenemos tanto que aprender de este siervo de Dios.
David menciona que pasar por el umbral de la muerte es un camino que nos tocará transitar a todos; pero, ese no es el problema, el punto es ¿qué legado dejamos a los que vienen detrás de nosotros? Entonces, este último consejo se divide en dos partes:
- ¿Qué debemos hacer?
1.1. “esfuérzate” (v.2b): El camino no será fácil, ya que cada día hay diversas circunstancias; pero, nuestras convicciones deben estar por encima de todo. Si deseo agradar a Dios, debo estar dispuesto a pelear la buena batalla.
1.2. “sé hombre” (v.2c): La demanda es a vivir con carácter y firmeza. Sin duda el máximo ejemplo que tenemos es Jesús. Aunque el consejo es de David a Salomón, el principio espiritual es que, todo hombre y mujer debe vivir con un carácter íntegro e incólume, siguiendo el modelo de Jesús. - ¿Cómo debemos hacerlo?
2.1. “Guarda los preceptos de Jehová tu Dios” (v.3a): No puedo guardar lo que no valoro; entonces, debo atesorar la Palabra de Dios en el corazón. La Palabra es el mapa para continuar el viaje.
2.2. “andando en sus caminos” (v.3b): No se trata de memorizar versículos bíblicos, la vida cristiana es mucho más que eso. Se trata de vivir la Palabra. Andar en sus caminos implica caminar en los principios bíblicos. Sin la Palabra me pierdo en el viaje.
2.3. “y observando sus […] mandamientos…” (v.3c): Antes de dar un paso debo poner mi mirada para no tropezar. Lo que va a evitar una vida de tropiezos es estudiar la Palabra. Debo mirar a través de los lentes de la Palabra de Dios.
2.4. “de la manera que está escrito en la ley de Moisés” (v.3d): No existe un cristiano a su manera. La fe y el cristianismo es guiado conforme la Palabra nos enseña. No se trata de ser un cristianismo de mente abierta o mente cerrada, solo debemos buscar ser un cristiano bíblico.
¿Cuál es el fruto de estudiar y vivir los principios de la Palabra de Dios? Dice el texto hoy: “para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas;”. Ser próspero es mucho más que pensar solo en la economía. Es tener éxito en la vida y eso se puede dar de las siguientes formas: una familia unida, un profesional íntegro en el trabajo, un estudiante que crece día a día, un hijo que busca honrar a sus padres, etc.
Sin duda la Palabra de Dios trae bendición a cada vida, hogar y familia que sigue sus mandatos y consejos. Por ello, sigue ordenando a tu corazón: ¡Estudia la Palabra! ¡Vive la Palabra! ¡Enseña la Palabra!

Daniel Alcántara
Pastor Titular
Amen.
Encaminar a nuestros hijos en los caminos del Señor Todopoderoso y enseñarles a amarlo, es el Legado más sublime que dejaremos a nuestra generación.
Con ello, nuestros hijos y generaciones podrán afirmar que el Señor es nuestro Castillo, nuestro refugio, nuestro pronto auxilio.
Feliz y con lágrimas en los ojos, puedo decirte Señor Mio, gracias por haberme salvado y hacerme tu hijo.
Erlin Cóndor.