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Un comentario

  1. Amen.
    Encaminar a nuestros hijos en los caminos del Señor Todopoderoso y enseñarles a amarlo, es el Legado más sublime que dejaremos a nuestra generación.
    Con ello, nuestros hijos y generaciones podrán afirmar que el Señor es nuestro Castillo, nuestro refugio, nuestro pronto auxilio.
    Feliz y con lágrimas en los ojos, puedo decirte Señor Mio, gracias por haberme salvado y hacerme tu hijo.
    Erlin Cóndor.

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