LA FAMILIA: EL INSTRUMENTO DE DIOS PARA LA SANIDAD DEL VULNERABLE
“Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí.”
Génesis 11:31
Sin duda que la familia es el sostenimiento más importante para el nacimiento, desarrollo y protección de cualquier ser humano. Por una razón muy importante, Dios permitió que cada ser humano nazca en el contexto de una familia.
La familia está llamada a brindar apoyo emocional, físico y psicológico; a cada uno de sus miembros, sobre todo en tiempos de crisis. Máxime si uno de sus miembros cae en el contexto de vulnerabilidad.
Una persona vulnerable es aquella que puede ser dañada, herida o afectada de manera negativa en el contexto físico, emocional o social. Las Sagradas Escrituras abundan en ejemplos de personas vulnerables: Mefi Boset, el hijo de Jonatan y nieto del rey Saúl, el cual fue soltado por su nodriza cuando el niño tenía cinco años, quedando lisiado de los dos tobillos. La mujer samaritana, vivía expuesta al insulto, las críticas, la provocación y al vituperio público, como producto de sus malas decisiones, y su pecado. Los niños en abandono, los ancianos y las personas en pobreza completan el cuadro de vulnerabilidad que requieren de una familia biológica o sustituta para su soporte y sostenimiento.
Dios llamó a Abram como ejemplo de soporte familiar para su sobrino Lot, el cual quedó huérfano de padre cuando tenía unos quince años aproximadamente. Entonces, ¿por qué llamó Dios a Abram? Porque era un creyente verdadero, es el padre de la fe y reunía varias características que otros no tenían, de las cuales vamos a mencionar solo cuatro por límite de espacio:
1. TENÍA UN CLARO TESTIMONIO DE OBEDIENCIA. Dios le había dicho: “Vete de tu tierra y de tu parentela […] a la tierra que te mostraré.” (Génesis 12:1) Nadie sale de su tierra así porque sí. La mayor parte de personas se van por estudios, por trabajo, por un futuro mejor. Pero a Abram, nada de eso le movía. Bien pudo ser pragmático y decir: Tengo casa, comida, sirvientes, seguridad, ¿para qué ir? Pero Abram no era pragmático, sino obediente. Es lindo leer: “Y se fue Abram, como Jehová le dijo; ” (Génesis 12:4a).
2. NO SE DEJÓ SEDUCIR POR LA CULTURA. Dice la Biblia: “Y a tierra de Canaán llegaron. Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra.” (Génesis 12:5c-6). La biblia da estos datos para mostrar que en la tierra de Canaán practicaban la impureza moral, formaba parte del Imperio Babilónico y eran terriblemente politeístas. El encino de More era un centro de adivinación idolátrica, vivían en medio de la degeneración, inmoralidad, lascivia y degeneración. Pero Abram no se dejó seducir ni por la cultura, ni por los vecinos, ni por el tiempo. Para Abram primero estaba Dios, después venía el resto.
3. MANTUVO UNA CERCANA COMUNIÓN CON DIOS. A Abram se le conoce como el hombre de los altares; pues reiteradas veces lo hallamos levantando un altar de adoración a Jehová. La primera vez: “[…] Y edificó allí un altar a Jehová” (Génesis 12:7c). La segunda vez: “Luego se pasó de allí a un monte […] y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová.” (Génesis 12:8). Abram se dio cuenta de que su relación con Dios es personal, imprescindible e intransferible. Se dio cuenta también que era imposible enfrentar los desafíos en la tierra, si no es, a través de los recursos del cielo.
4. SUPO CUIDAR A SU FAMILIA. Las Sagradas Escrituras son claras en decir: “Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra.” (Génesis 12:10). La biblia dice que Abram se fue porque había hambre en la tierra de Canaán. Pero lo interesante es como regresó de Egipto (Génesis 13:1-2), lleno de ganado, plata y oro. Y no solamente él, sino también Su familia que por aquel tiempo lo componía él, Sarai su mujer y su sobrino Lot. Lo más importante no era el dinero que trajo tanto él como su sobrino Lot; sino, “Y volvió […] hasta el lugar donde había estado antes su tienda […] al lugar del altar, que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Jehová.” (Génesis 13:3-4). No solamente buscó los recursos materiales para su familia, sino que jamás olvidó los recursos espirituales para él y los suyos.
Este es un buen ejemplo de familia que provee, protege y guía. Medítalo.
¡Con la expectativa de verte!

Vicente Alcántara Ulloa
Pastor Supervisor
Alabado sea el Señor.
Muy hermosa la enseñanza.
Nuestra relación con nuestro Padre es personal, imprescindible e intransferible.