¿Estás dispuesto a levantarte?
«Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; mas los impíos caerán en el mal.»
Proverbios 24:16
En la vida cristiana, el camino no siempre es fácil. Hay momentos de lucha, caídas y fracasos, pero también de restauración y esperanza. ¿Has fallado alguna vez al Señor? ¿Has pensado que Dios ya no puede usarte por tus errores? Hoy, a la luz de la Palabra, queremos recordar que Dios no nos llama a quedarnos en el suelo, sino a levantarnos y seguir corriendo la carrera de la fe.
Una de las cosas que podemos ver es que el versículo no dice «si el justo cae», sino «cuando cae». Esto nos muestra que, en nuestra humanidad, en algún momento fallaremos. No significa que el pecado sea nuestra identidad, pero sí que aún luchamos contra la carne y el mundo.
Algo más que podemos notar es que el texto nos muestra un contraste: el justo cae, pero se levanta; el impío cae y permanece en el mal. La diferencia no es que uno nunca tropiece, sino cómo responde cuando cae. No se trata de que el justo se levanta debido a sus propias fuerzas, sino porque confía en Dios para restaurarlo.
Te comparto algunas consideraciones que debemos tener en cuenta cuando cometemos un error y necesitamos ser restaurados por Dios:
- Debemos reconocer el pecado – No justificarlo ni minimizarlo.
- Debemos pedir perdón a Dios y a quienes hemos afectado – La humildad es clave en la restauración.
- Debemos aceptar la gracia de Dios – No vivir en culpa, sino en el perdón que Cristo ofrece.
- Debemos tomar decisiones concretas para no volver a caer – Si hay algo que nos hace tropezar, debemos apartarnos de ello.
- Debemos pedir ayuda si es necesario – Dios nos da hermanos en la fe para apoyarnos.
Caer no significa el final de nuestra historia. En Cristo, siempre hay una oportunidad para restaurarnos y seguir adelante. Dios nos llama a levantarnos, a caminar con Él y a vivir en la plenitud de Su gracia.
Oración final:
«Señor, gracias porque en Ti siempre hay restauración. Perdóname cuando he fallado y dame la fuerza para levantarme de Tu mano. Ayúdame a caminar cada día más cerca de Ti y a nunca rendirme en esta carrera de la fe. Amén.»

Alex Plasencia
Pastor Asistente