UNA CORRECTA MOTIVACIÓN EN TU ORACIÓN
«Pueden pedir cualquier cosa en mi nombre, y yo la haré, para que el Hijo le dé gloria al Padre.»
Juan 14:13 (NTV)
Alguien dijo una vez “El orar no es solo pedir, es también alabar, adorar y buscar la gloria de Dios en cada palabra que pronunciamos”. Cuando pedimos algo a Dios, es importante que nuestras peticiones estén alineadas con Su voluntad y que tengan como objetivo glorificarlo. En la Biblia, en Juan 14:13-14, Jesús dice: «Y todo lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.». Esto nos muestra que nuestras peticiones deben estar en línea con la voluntad de Dios y con el propósito de glorificarlo.
Todos queremos que nuestras oraciones sean contestadas. La razón número uno por la que nuestras oraciones no son respondidas es: «¡No estamos enfocados en la gloria de Dios!». Es fundamental reflexionar sobre nuestras motivaciones al orar y asegurarnos de que nuestro deseo principal sea glorificar a Dios en todo lo que hacemos.
Piense en las oraciones de su vida. ¿Quieres ser feliz en tu matrimonio o quieres que Dios sea glorificado en tu matrimonio? ¿Quiere un trabajo donde puedas atender tus necesidades solamente? o ¿Quieres glorificar a Dios en tu centro laboral? ¿Quiere simplemente salir de su lío financiero y sentir algo de alivio, o quiere que Dios sea glorificado en sus finanzas? Nuestra motivación para la oración no debe centrarse solo en nosotros mismos para que podamos tener lo que necesitamos. Dios quiere ser glorificado en nosotros y por medio de nosotros, y quiere ser glorificado en la tierra. Dios no compartirá esa gloria con nadie. Se merece nada menos que toda la gloria, todo el honor y todos los elogios. Glorificar a Dios tiene que ser el motivo de nuestras oraciones, no solo nuestro alivio.
Es cierto que a menudo asociamos la idea de «glorificar a Dios» o «adorar a Dios» con actividades específicas en la iglesia o en momentos especiales de culto. Sin embargo, es importante recordar que glorificar a Dios va más allá de simplemente participar en actividades religiosas. Glorificar a Dios implica reconocer Su grandeza, poder y amor en todas las áreas de nuestra vida diaria.
Es importante entender que glorificar a Dios no se limita a momentos específicos de adoración formal, sino que es un estilo de vida que busca honrarle en todo momento y en todas las circunstancias. Una oración respondida debe tener el sello de Su gloria, no la nuestra. Al hacerlo, demostramos nuestro amor y gratitud hacia Él, y permitimos que Su luz brille a través de nosotros para impactar a aquellos que nos rodean.
Juan Carlos Chirinos
Pastor Asistente