UN NUEVO AÑO PARA SEGUIR REFLEJANDO A CRISTO
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”
Gálatas 2:20
El inicio de un nuevo año siempre nos invita a reflexionar sobre lo que dejamos atrás y lo que queremos alcanzar en el futuro. Es un tiempo de propósitos, sueños y esperanzas renovadas. Pero como creyentes, debemos recordar que nuestra vida no se basa únicamente en nuestras metas personales, sino en la realidad transformadora de nuestra unión con Cristo.
El pasaje de Gálatas 2:20 nos recuerda que nuestra identidad y propósito están en Cristo. Este versículo nos desafía a vivir una vida crucificada, donde nuestras prioridades, deseos y planes estén completamente rendidos al señorío de Dios.
El año que comienza es una oportunidad para caminar en esta verdad, dejando atrás las cargas del pasado y viviendo con la certeza de que el poder de Cristo nos guía hacia un futuro lleno de esperanza.
Tres Principios para un Año Nuevo con Propósito Eterno:
- Muere al pasado:
Así como Cristo murió en la cruz, nosotros también somos llamados a dejar atrás lo que nos aleja de Él. En este nuevo año, suelta las culpas, los fracasos y las heridas del pasado. Dios te llama a una vida nueva, renovada en Su gracia.
«De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas.» (2 Corintios 5:17) - Vive en Cristo:
El mayor propósito que puedes tener este año es vivir con Cristo como el centro de tu vida. Permite que tus pensamientos, palabras y acciones reflejen Su amor y Su verdad. Pregúntate: ¿qué haría Jesús en mi lugar? - Confía en Su amor y propósito:
No importa lo incierto que parezca el camino, este año puedes caminar en la fe del Hijo de Dios, Él te ama tanto que dio Su vida por ti. Confía en que Su plan para tu vida es bueno, perfecto y lleno de esperanza.
«Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29:11)
Vive cada día recordando que ya no vives tú, sino Cristo en ti. Que este sea un año de transformación, fe y propósito eterno.
¡Creciendo en la Palabra y viviendo juntos en santidad!
Luiggi Naveda
Pastor Asistente