¿ES CRISTO TU MAYOR PRIORIDAD?
«Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.»
Filipenses 3:8
El mundo nos anima constantemente a perseguir cosas materiales, reconocimiento y logros personales. Sin embargo, el apóstol Pablo nos recuerda que nada en esta vida tiene verdadero valor si no está relacionado con Cristo. Este pasaje nos desafía a evaluar nuestras prioridades y preguntarnos: ¿Qué estamos dispuestos a dejar o hacer por amor a Jesús?
El apóstol Pablo tenía un currículum impresionante antes de conocer a Cristo: educación, posición social y un compromiso fervoroso con la Ley. Sin embargo, después de su encuentro con Jesús, todo esto perdió valor para él. Pablo consideraba estas cosas como “basura” en comparación con el conocimiento y la relación personal con Cristo. Claramente, para Pablo (y así debe ser para todo cristiano), Jesús debe ser lo más valioso en nuestra vida, se trata de un cambio de perspectiva y de prioridades, Jesús debe y tiene que ser lo más importante, pon todo lo que quieras en el otro lado de la balanza, nunca podrá mover ni siquiera un milímetro el gran valor que Cristo tiene, ¿sabes por qué? Porque Jesús es incomparable. Te pregunto: ¿Qué cosas en tu vida están compitiendo con Cristo por el primer lugar? ¿Estás dispuesto a dejarlas por amor a Él?
Algo más que no enseña Pablo es que un verdadero creyente está en constante evaluación espiritual. Esto implica identificar y desechar todo aquello que estorbe en nuestra relación con Jesús: pecados, actitudes, relaciones tóxicas o incluso metas egoístas. Un corredor de maratón no puede cargar una mochila pesada durante la carrera. Si quiere llegar a la meta, necesita deshacerse de todo peso innecesario. De igual manera, nosotros debemos dejar de lado todo lo que nos impida seguir a Cristo con libertad. ¿Hay algún pecado que necesitas confesar y abandonar? ¿Hay alguien a quien necesitas perdona o a quien debes pedir perdón? ¿Hay actitudes o hábitos que estás justificando y sabes que están mal?
El amor de Cristo nos impulsa a rendirnos completamente a Él. No es un sacrificio vacío, sino una respuesta natural al sacrificio que Él hizo por nosotros en la cruz. Estar dispuesto a todo por Cristo significa confiar en Él plenamente, incluso cuando lo que nos pide parece difícil o cuesta mucho.
«Señor Jesús, gracias por el sacrificio que hiciste por mí. Ayúdame a estar dispuesto a todo por amor a Ti. Muéstrame las áreas que necesitan cambio en mi vida y dame la fuerza para dejar lo que me aleja de Ti. Quiero conocerte más y vivir para Tu gloria. Amén.»

Alex Plasencia
Pastor Asistente
Amén