CRISTO, NUESTRA GANANCIA ESPIRITUAL
“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo”
Filipenses 3:7
Los empresarios a veces invierten mucho capital en algo que no sirve, que no rinde. Lo hacen creyendo que es buena inversión, pero están equivocados. ¿Qué deben hacer? Simplemente reconocer que perdieron, y que tienen que seguir adelante.
Pablo escribe en Filipenses las cosas que como judío eran ganancia para él:
“Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.”
Filipenses 3:4-6
Todas estas cosas de distinción, honor, antepasados ilustres, educación especial, líder entre los de la secta más estricta, el gran respeto de sus contemporáneos, le otorgaban ventaja sobre muchos de ellos.
Pablo equivocadamente invirtió mucho tiempo y energía en el judaísmo. Esperaba gran “ganancia” y no la logró, pero después encontró la ganancia verdadera en Cristo, en el evangelio, precioso tesoro, como lo dice el Evangelio de Mateo:
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.”
Mateo 13:44
¡Amado hermano!
Sigamos el ejemplo de Pablo: Todas las cosas que creía que eran ganancia para él, las estimó como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, nuestro Señor. Todo creyente debe decir: Por amor de mi Salvador lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo como mi único tesoro.
Destruyendo barreras

José Cabanillas
Pastor Asistente