¿Atento a la Palabra de Dios?
«Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.»
Lucas 10:39
En la vida agitada que vivimos, es fácil dejarnos llevar por las responsabilidades, compromisos y distracciones que parecen no tener fin. Sin embargo, este relato en Lucas nos enseña la importancia de detenernos, sentarnos a los pies de Jesús y escuchar Su voz. María entendió algo fundamental: el tiempo con Jesús no es opcional, es una necesidad.
María, al sentarse a los pies de Jesús, demostró que reconocía la prioridad de Su Palabra por encima de cualquier otra actividad. Esto no significa que las responsabilidades diarias no sean importantes, sino que es necesario detener todo y prestar atención a lo que Dios quiere decirnos a través de Su Palabra.
Por otro lado, Marta, la hermana de María, representa la actitud que muchos tenemos: ocupados con las actividades del día, incluso con cosas buenas, pero olvidamos lo más importante. Jesús no estaba criticando el servicio de Marta, sino que le mostró que hay momentos en los que debemos priorizar la comunión con Él, una necesidad que tendemos a olvidar, pero cuando la consideramos y nos sentamos a los pies de Jesús, recibimos dirección, paz y sabiduría para enfrentar toda situación que se nos presente. La Palabra de Dios ilumina nuestro camino y nos da fuerzas para las pruebas. Como dice Salmos 119:130: “La exposición de tus palabras nos da luz, y da entendimiento al sencillo.”
Preguntas para reflexionar:
- ¿Qué estás dispuesto a dejar de lado para dedicar más tiempo a Dios?
- ¿Cómo puedes organizar tu día para tener un tiempo devocional efectivo?
María nos enseña que escuchar a Jesús debe ser nuestra prioridad. Este año, propongámonos cultivar una actitud de pausa y atención hacia la Palabra de Dios. Él quiere hablarnos cada día, guiarnos y transformarnos a través de Su verdad.
Oración final:
«Señor, enséñame a detenerme y escuchar Tu voz. Ayúdame a priorizar mi tiempo contigo por encima de las distracciones y preocupaciones. Hazme sensible a Tu Palabra y transforma mi corazón para que viva conforme a Tu voluntad. Amén.»

Alex Plasencia
Pastor Asistente