VOLVIENDO AL SCANNER DE DIOS
“23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. 24 Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna.”
Salmos 139:23-24 NTV
Muchas familias se realizan cada año una evaluación exhaustiva de su salud. Desde los dientes hasta el corazón. Realmente es una buena decisión. ¿Por qué no pensar en ello en cuanto a nuestra salud espiritual? Necesitamos pasar por el scanner de Dios.
Este Salmo nos habla de lo beneficioso que es para el hijo de Dios pasar por el scanner de Dios, Su Palabra. Lo veremos en 4 puntos:
- Examíname (v.23a): “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón”
Aquí vemos una clara intención del rey David en una actitud de oración, diciéndole al Padre, Señor, pásame por tu scanner y quiero conocerme tal cual como tú me conoces a mí. Un verdadero cambio inicia cuando con humildad y diligencia vamos delante del Señor y le decimos: Señor, mis ojos, están cegados, mi propio corazón me ha engañado. Jeremías 17:9-10: “9 El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es? 10 Pero yo, el Señor, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones”.
Amados, el corazón es extremadamente perverso, que nos engaña a nosotros mismos y muchas veces no nos permite ver nuestra triste condición: resentimientos, rechazo, odio, falta de perdón, etc. Por ejemplo, debo examinar ¿cuáles son las motivaciones de mis palabras o acciones?
Reflexión 01: La Palabra de Dios no sólo nos da un diagnóstico de nuestra vida, también nos da el tratamiento necesario. - Pruébame (v.23b): “pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan.”
El salmista sabe que hay cosas de él mismo que ignora. La prueba evidencia lo que nosotros tenemos en mente y en el corazón. Una de las debilidades que todo el ser humano tiene es que su propio corazón no le dice la verdad de sí mismo. Jhon Flavel dijo: “Es más fácil gritar con furia por mil pecados ajenos que matar uno propio».
No se trata de sólo ser examinado, la prueba nos debe llevar a admitir en qué condición estamos. El cambio en nuestras vidas puede iniciar cuando reconocemos la condición de nuestro corazón. Todo corazón tiene inclinaciones, impulsos, que necesitan ser evidenciadas a la luz de la Palabra. El discípulo de Cristo que entiende esta verdad debe tener una sana sospecha de su propio corazón acerca de sus decisiones, emociones, etc.
Debo preguntarme constantemente: ¿Por qué hago lo que hago?, ¿por qué reacciono de esta manera? ¿Por qué siento esto? Entonces, a la luz de la Palabra debo estar probando constantemente mi corazón. Aunque en nosotros está la imagen de Cristo, no debemos olvidar nunca que aún tenemos rasgos de nuestra vieja naturaleza.
Reflexión 02: El corazón que no ha sido probado por Dios no será útil para los asuntos del reino de los cielos. - Señálame (v.24a): “Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda.”
Amados, no nos engañemos, aún el pecado más oculto en la tierra es un gran escándalo en el cielo. ¡Dios es Santo, Santo, Santo! Nuestro servicio en la iglesia, por más útil que sea, no puede esconder el más mínimo pecado delante del Señor. ¡OJO! Muchas de las cosas que nosotros no consideramos pecado están motivadas por el pecado, y no nos damos cuenta. Podemos tener pecados muy bien escondidos, pero todos son visibles para Dios.
Amados, es incómodo reconocer aspectos de nuestro propio corazón, pero es necesario hacerlo. ¡Gracias al Señor por descubrir lo que hay en nuestro corazón! Los rasgos en mi personalidad que yo no veía pecado por ningún lado, realmente escondían pecados filtrados en los recovecos de mi corazón. Si yo no los descubro, no puedo tratarlos a la luz de la Palabra. Por eso el salmista dice: “Señálame cualquier cosa que en mí te ofenda.” ¿Hay algo en tu vida que ofende al Señor? Quizás tienes orgullo y no quieres perdonar, quizás tu egoísmo te hace ser insensible a algunas situaciones en tu familia, tu tendencia a la crítica habla de ingratitud y orgullo, considero que en muchos su falta de compromiso con Dios y con Su Iglesia se evidencia en no darle al Señor lo que a Él le pertenece, eso esconde infidelidad e ingratitud. A veces nuestra búsqueda de “justicia” es más venganza. No somos generosos porque hay avaricia escondida. Muchas de las cosas que hacemos tienen malas motivaciones por detrás.
No tengo la menor duda que hay asuntos en nuestra mente y corazón que ofenden al Señor. ¿Somos consciente de ello? Hoy podemos pedirle al Señor, “señálame cualquier cosa que de mí te ofenda.”, y Él lo hará, no tengas la menor duda. El medio que Dios usa para señalar estas áreas de pecado en mí es Su Palabra: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.” (Juan 17:17). Sin duda la Palabra nos habla, el problema es que escuchamos pero no somos honestos, no pensamos que se están refiriendo a nosotros. Claro, se refiere al hermano de allá, a mi esposa, a otros, menos a mí. No la aplicamos a nuestra vida. La Palabra de Dios evidencia nuestra real condición, nos da un diagnóstico para entrar al quirófano espiritual. Me hiere cuando me confronta y me sana al terminar su labor.
Lamento que a algunos les incomoda que se les diga cuáles son sus pecados, no quieren compartirlos ni mucho menos reconocerlos. Eso es un gran obstáculo para crecer en el Señor.
Reflexión 03: No es común evaluar nuestro corazón, pero hagamos lo que es espiritual, exponer el corazón al fuego de la Palabra para que cada impureza sea eliminada. Te advierto, es un ardor que quema pero no destruye. - Guíame (v.24): “guíame por el camino de la vida eterna.”
Amados, necesitamos ser guiados, dirigidos, encaminados, de lo contrario perderemos el rumbo fácilmente. ¿Te imaginas viajar de aquí a Tumbes sin señales de tránsito? Es más que seguro que habrá muchos accidentes. ¡No te engañes! A este Dios que lo conoce todo, David le dice: “Examíname … Pruébame … Señálame y Guíame”.
Amado, mira Salmos 139:1-3: “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. 2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. 3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.” ¿Aún crees que puedes esconder tus motivaciones, pensamientos y emociones delante de Dios? ¿Por qué aparentar más cuando podemos vivir en integridad?
Podemos engañarle al pastor, a mi líder de célula, a mi esposo (a), pero jamás nos podemos burlar de Dios. Quizás este año te has dejado guiar por tus propias emociones, por ideas erróneas, por tus conveniencias; te animo, déjate guiar por el Señor a través de Su Palabra.
El salmista realmente quería conocer qué le faltaba a su corazón porque su anhelo era presentarse correctamente ante su Rey. ¿Hay ese sentir en nosotros? “Guíame en el camino recto”. La Palabra dice: “Hay caminos que al hombre le parecen derechos pero su fin es camino de muerte.”
Reflexión 04: La Palabra de Dios es la brújula en el viaje, y Jesús es el capitán de nuestra barca. Por más fuertes que sean los oleajes, siempre llegaremos a puerto seguro.
No sé cómo te fue este 2024, pero sé cómo puede terminar. No sé lo que vendrá el 2025 pero sé cómo puedo enfrentarlo. No nos caería mal una gota de humildad desde el cielo para reconocer nuestros pecados, falencias, falta de interés, compromiso y gratitud. David se armó de valor para enfrentar a un oso, un león y para decapitar al gigante; pero, se requiere de mayor valentía escudriñar el corazón y ser humilde para reconocer cada pedazo contaminado por el pecado.
Iniciemos un nuevo año bajo la gracia de Dios, evaluemos nuestra vida a la luz de la Palabra, demos el paso de arrepentimiento, y amemos al Señor con todo nuestro corazón y todas nuestras fuerzas.
¡Estudia la Palabra! ¡Vive la Palabra! ¡Enseña la Palabra!
Daniel Alcántara
Pastor Titular