TOMANDO BUENAS DECISIONES
“Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.”
Mateo 5:29-30
Estamos a unos días de iniciar un nuevo año, y este es un momento oportuno para reflexionar sobre nuestra vida espiritual. ¿Hemos dado pasos concretos hacia la santidad? ¿O hemos permitido que el pecado tenga lugar en nuestras vidas? El texto de Mateo 5 nos invita a examinar con seriedad nuestra relación con el pecado y a tomar decisiones radicales para cortarlo de raíz.
Jesús usa un lenguaje fuerte y directo porque quiere que comprendamos la gravedad del pecado y la necesidad de tomar medidas drásticas para enfrentarlo. No podemos tolerar ni justificar el pecado en nuestra vida; debemos ser radicales en nuestra lucha contra él, por ello Jesús no exagera cuando nos enseña que el pecado, aunque pueda parecer pequeño o inofensivo, tiene consecuencias eternas. Cada vez que toleramos un pecado “pequeño”, abrimos una puerta para que este crezca y se convierta en un hábito destructivo.
¿Qué áreas de tu vida han sido terreno fértil para el pecado este año? ¿Qué pasos concretos puedes tomar para cerrar esas puertas?
Jesús nos llama a cortar con todo aquello que nos lleva a pecar. No está hablando literalmente de mutilar nuestro cuerpo, sino de eliminar cualquier cosa que nos aparte de Dios. Esto podría significar alejarnos de ciertas amistades, dejar de consumir contenido que alimenta nuestros deseos pecaminosos o renunciar a hábitos que dañan nuestra relación con Dios.
No podemos enfrentar el pecado con nuestras propias fuerzas. Necesitamos depender del Espíritu Santo, quien nos capacita para vivir en santidad. El compromiso con la santidad no es algo que hacemos una vez al año; es una decisión diaria de buscar a Dios, apartarnos del mal y vivir para Su gloria, recuerda esto que Dios pide de nosotros: «Sed santos, porque yo soy santo.» — 1 Pedro 1:16.
Considera estas tres cosas a realizar:
- Autoevaluación: Reflexiona sobre las áreas de tu vida donde el pecado ha tenido cabida este año. Escríbelas y llévalas en oración a Dios.
- Tomar acción: Identifica una práctica o relación que necesitas cortar y hazlo con decisión. De ser necesario, conversa con tu líder o tu pastor para que te puedan ayudar con ello.
- Compromiso diario: Dedica tiempo a la oración y al estudio de la Palabra para fortalecer tu vida espiritual.
El llamado de Jesús en Mateo 5 es claro: no podemos ser tolerantes con el pecado. Este nuevo año es una oportunidad para comprometernos nuevamente con la santidad, con una vida que honra a Dios en cada área.
«Señor, reconozco que he permitido que el pecado entre en mi vida. Perdóname por las veces que he fallado y ayúdame a cortar de raíz todo lo que me aleja de Ti. Dame un corazón comprometido con la santidad y la fuerza para vivir conforme a Tu voluntad. En el nombre de Jesús, Amén.»
Alex Plasencia
Pastor Asistente